Finalmente –tal como venían “apostando” los gerentes de fondos especulativos agrícolas– el informe del USDA publicado este lunes resultó alcista para los futuros de maíz del CME Group (“Chicago”), mientras que en el caso de la soja provocó un nuevo “baldazo de agua fría” sobre las cotizaciones de la oleaginosa.
El informe del USDA prevé que en el ciclo comercial 2024/25 –que comienza en septiembre próximo– EE.UU. exportará 58,4 millones de toneladas de maíz versus 56,5 millones previstos un mes atrás. Eso hizo que se ajustará el stock final previsto a 52,6 millones de toneladas. El dato clave es el “contexto” del informe, el cual sigue inflando los números sudamericanos de manera alarmante.
Los fondos agrícolas dejaron de apostar en contra del maíz en Chicago ¿Qué están viendo?
En lo que respecta al maíz brasileño 2023/24, el USDA sostiene que la cosecha final sería de 122,0 millones de toneladas con una oferta exportable de 50 millones, cuando la última estimación oficial en ese país (Conab) indica que la cifra por recolectar sería de 115,8 millones con una oferta exportable de 33,5 millones.
Lo insólito es que, aun con una reducción de área prevista de maíz en Brasil para 2024/25, el USDA sostiene que es factible esperar para la nueva campaña una producción de 127 millones de toneladas del cereal (que no se sabe de dónde van a salir).
En la Argentina, el USDA insiste en que el país logró cosechar 50 millones de toneladas de maíz 2023/24, cuando la Bolsa de Cereales de Buenos Aires hace meses que mantiene la cifra en 46,5 millones de toneladas.
Increíblemente, el USDA además estima una cosecha argentina de maíz 2024/25 de 51 millones de toneladas cuando las primeras estimaciones de área sembrada del cereal en la nueva campaña muestran una retracción considerable con respecto a 2023/24.
Las malas noticias son para la soja porque el USDA ajustó al alza la proyección de cosecha 2024/25 de EE.UU. a 124,9 millones de toneladas versus 120,7 millones estimadas un mes atrás. Con eso EE.UU. lograría recomponer en gran medida las reservas internas de la oleaginosa.
Esa perspectiva, junto a un incremento sustancial del área de siembra de soja en Sudamérica, contribuyen a consolidar un panorama marcadamente bajista para la oleaginosa en el transcurso del próximo ciclo agrícola.
El efecto bajista en el caso estadounidense se encuentra además potenciado por el riesgo geopolítico de eventuales represalias comerciales chinas ante la posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de este año.
¡Cuidado! Primeras estimaciones de la campaña 2024/25 anticipan un “aluvión” de soja en el Mercosur