El engorde a corral sigue recibiendo hacienda de los campos de cría, pero el ritmo de ingresos es mucho menor a los de los meses previos. Para muchos fue el salvavidas ante una situación climática que no dio lugar a otra alternativa productiva y por ahora, según las cuentas de los engordadores, las cosas marchan bastante bien a pesar del fuerte retraso que tiene el ganado.
Este año se anticipó la zafra de terneros por la seca y al no haber campos para la recría, el feedlot fue la rueda de auxilio a la que se debió recurrir de forma obligada. Esto ayudó a que los números del engorde sean positivos.
En su último informe mensual, la Cámara de Feedlot estimó un nivel de ocupación del 72,5%, con un incremento en el ingreso de 3,5% respecto de abril, cuando se dio el salto mayor en los arribos a los corrales.
Esto da cuenta de que la mayor parte de la oferta de terneros ya fue comercializada, por lo que se puede esperar que durante mayo vaya cayendo el volumen de ofrecimientos de invernada, tanto en los remates como en la venta directa para reducirse de forma marcada en junio.
Respecto del resultado económico, la cuenta es positiva. El margen bruto en la terminación de un novillito liviano es de 15.000 pesos. Si se le carga la tasa pasiva de un plazo fijo del Banco Nación, el resultado se invierte y da pérdidas.
Los números del feedlot dan bien porque se compra el ternero macho en 480 pesos y porque los lotes de terneras, los de hembras y machos se negocian entre 430 y 450 pesos, que son los más llevados por los feedloteros. Esas haciendas se venden actualmente con destino a la faena en 530 a 550 pesos.
La cuenta es también positiva porque es buena la relación entre el alimento y el precio de venta. Hay que tener en cuenta que en los últimos se trabajó mucho en este aspecto y en conseguir productos más económicos que el maíz, por lo que bajó su participación en las dietas.
Los números finales de la actividad se podrán sacar al final del ciclo cuando se tenga el dato de a cuánto se vendió lo que está encerrado.
Desde junio habrá mucha oferta liviana, si el precio del ganado no mejora en términos nominales al menos, y con una inflación que seguirá generando subas de costos, la renta se achicará más y en términos reales será mucho más ajustada o negativa.
Los feedloteros esperan que ese pico de ofrecimientos dure hasta septiembre, en línea con los meses de mayores ingresos. Además, sostienen que por la crisis climática este año habrá oferta de los engordes caseros y los animales que ellos ofrezcan tendrán menos pesos porque salieron con bajo peso de los campos de cría, además de que no se hizo recría por la seca.
Se espera que la oferta se concentre hasta el fin de la primavera, pero serán animales en su mayoría de menos de 350 kilos.
En definitiva, habrá más animales procedentes de los corrales de engorde pero que aportarán menos kilos en la faena y ya no se contará con la alta oferta de vacas. Por eso creen que no debería tener un impacto significativo en los precios, aunque se sabe que la demanda está muy castigada por la crisis económica y ese sí es un factor bajista de importancia.