En los últimos tres meses el engorde de ganado vacuno en los feddlot obtuvo resultados positivos, y ese fue uno de los factores que impulsó el encierre de hacienda.
Los corrales se fueron llenado gracias a que la relación de compra venta de hacienda era favorable al engorde, es decir que el kilo de ternero de cría que compraban era más barato que el kilo del ternero que mandaban a la faena.
Además el kilo de maíz estuvo barato en función del precio de la hacienda. En los meses pasados nunca se compraron menos de 11 kilos del cereal con 1 kilo de carne. En la actualidad, con un maíz de 150.000 pesos y un novillito en 2.200 pesos. se compran 14.,5 kilos, lo que favorece al engorde.
Por eso el encierre en los corrales llegó a un pico histórico, que repitió el máximo que hubo en la seca del año pasado. Ese volumen es de 2,04 millones de animales encerrados, cerca del 4% del stock nacional de bovinos.
Todo ese volumen de hacienda saldrá en estos meses garantizando buena cantidad de novillitos y vaquillonas para atender al consumo de los grandes centros urbanos.
En el arranque del segundo semestre la zafra de terneros entró en su tramo final y, por lo tanto, con menos oferta de esa categoría, la cuestión está cambiando y los números empiezan a dar negativos otra vez.
Los datos de la Cámara Argentina de Feedlot indican un incremento del encierre a 71,5% de la capacidad instalada de las empresas del sector, lo que indica una incremento de 2 puntos porcentuales respecto del mes previo. Ese volumen encerrado, a su vez, empata los niveles de ocupación del año pasado, en línea con lo que informó el Senasa respecto de la cantidad récord encerrada este año.
Lo que cambió en el negocio es el resultado económico. El informe de la Cámara de Feedlot dice que ahora se pierden 6.000 pesos por animal y que si se le carga el pago de impuestos y el costo financiero se pierden 61.000 pesos por cabeza.
Esto es consecuencia de que el ternero de invernada se comenzó a vender entre 2.300 y 2.500 pesos y la tercena entre 2.100 y 2.200, contra un valor del kilo de ganado que va a la faena en 2.200 pesos en el mejor de los casos.
Ese diferencial negativo es el que comenzó a generar pérdidas en el sector que enfrenta un segundo semestre complicado por la reducción en la oferta de hacienda y de maíz, ya que el efecto de la chicharrita comenzará a sentirse con más fuerza en el mercado.