Ricardo Buryaile fue ministro de Agroindustria (así llamaron la cartera durante el gobierno de Mauricio Macri) entre fines de 2015 y octubre de 2017. Es “un ex” que, encuarentenado en su Formosa natal, fue invitado por Bichos de Campo a analizar cómo afecta esta pandemia del coronavirus a la actividad agropecuaria local y qué debe hacer el gobierno para recuperar lo más rápido posible los niveles de actividad.
“Hay un día después en que vamos a volver a salir a la calle, y veo al Gobierno sin reacción en lo económico. En el mundo hay 200 millones de despidos. Estados Unidos perdió 20 millones de puestos, o sea, como si la mitad de Argentina se hubiera quedado sin trabajo”, advirtió Buryaile, que hoy es diputado por la UCR.
Buryaile sugirió que el ministro de Desarrollo Porductivo, Matía Kulfas debería decir qué se va a hacer para recuperar la economía. “¿Vamos a seguir emitiendo? ¿A poner más presión impositiva? ¿O será que podemos sentarnos a ver cómo mejorar la situación económica y financiera? Esto entendiendo las restricciones que hoy tiene el país, que acaba de presentar una reestructuración de deuda”, se preguntó el formoseño.
Mirá la entrevista completa realizada a Ricardo Buryaile:
Lo consultamos al ex ministro para que analice cómo ve el futuro después de la pandemia. Contestó: “El mundo va a cambiar porque indudablemente va a reaccionar instintivamente hacia la protección, lo que para Argentina, será malo dependiendo en cómo se plante ante esta realidad”.
En medio de este escenario, el diputado planteó que “la Argentina debe trabajar en darle seguridad a los alimentos que produce, y esos alimentos deben tener tecnología, es decir trazabilidad, inocuidad y certificación de calidad”.
Buryaile manifestó que, frente a la emergencia sanitaria y los miedos por la salud, “lo primero que demandarán los consumidores es seguridad alimentaria e inocuidad, sobre todo de los productos de origen animal luego de lo que pasó con China. Así como cuando apareció el mal de la vaca loca o la peste porcina en China, la gente se retrajo a consumir esos productos. Ahí Argentina tiene una amenaza, y es que nos demanden materias primas para elaborar productos en origen, es decir, que nos pidan más poroto y menos carne”, expresó Buryaile.
Para el ex ministro de Agricultura, hay dos escenarios que contemplar: “El local, de la Argentina propiamente dicho y otro el mundial, donde Argentina tendrá que insertarse”.
“En lo local veo que vienen más problemas económicos, financieros, sociales y más pobreza. Es un barajar y dar de vuelta. Se preveía que el PBI caería cerca de 1,5 puntos pero hay quienes ya dan 6 puntos de caída. La caída del Producto Bruto significa básicamente desempleo, cierre de empresas y caída del poder adquisitivo. Si proyectamos 8% de caída del PBI, estaríamos cerca del PBI del año 2006, pero con 12% más de habitantes, con lo cual somos un poco más pobres cada día”.
Salvo China, Buryaile declaró que “ningún país va a crecer este año. Esta caída del PBI provocará una desaceleración en la economía mundial, y ahí la pregunta es qué pasará con los acuerdos de libre comercio como el de Unión Europea y Mercosur”.
El ex ministro consideró que hay que saltar obstáculos en el camino de la modernización. “Esto lo digo desde los dos lados del mostrador. A veces como productores somos reticentes a todos los cambios. Solemos discutir si sirve un instrumento como un sistema de identificación que por ahí nos cuesta 10 pesos, y lo discutimos a ultranza por el costo pero nos olvidamos de cuál es el objetivo último, que es el de ganar mercados”, analizó.
“Si alguien desarrolla un sistema de certificación o de trazabilidad, hay que pagarlo, porque eso implica acceder a un mercado de mayor calidad. Desde el lado de los productores debemos estar permeables, y desde el lado de los funcionarios, es la discusión que se deben plantear. En esto, tanto el INTA como el Senasa tienen muchísima importancia”, agregó el diputado radical.
Acerca de la preservación de puestos de trabajo, Buryaile opinó que ve con muy buenos ojos que algunos sindicatos se sentaran con sus empleadores para preservar esas fuentes. “Del mismo modo, quizás en esas estructuras tan rígidas como INTA y Senasa, deberíamos repensar si no podemos sentar a los sindicatos para modernizarlos. Porque uno de los problemas que tenemos es la rigidez de las leyes respecto de la adaptación a los tiempos modernos. La Argentina debe modernizarse en sus leyes laborales, porque hoy tenemos mucho más teletrabajo a distancia, y el mismo se automatizará mucho más”.
Para ejemplificar la necesidad de modernizar organismos descentralizados del área agrícola, Buryaile declaró que “el Senasa por ejemplo, tiene una ley que sostiene que no podés trasladar a ningún funcionario a más de 60 kilómetros, y a su vez tenés un decreto que te impide nombrar a alguien que te haga falta en otra localidad”.
“El Senasa es un organismo de certificación reconocido en el mundo. A su vez, el INTA es un organismo de excelencia, pero también es cierto que en muchas oportunidades fue colonizado más por el lado político que el científico, y eso termina contaminándolo”, reflexionó Buryaile.