La leche se conserva mejor si existe una cadena de frío. Pero para el caso de la política lechera en la Argentina, esa cadena está desde hace rato funcionando a temperaturas por debajo de los cero grados. Así las cosas, los debates lecheros quedaron directamente “congelados”: casi no se habla a pesar de la enorme cantidad de temas pendientes.
Esta es la mirada, al menos, de los principales dirigentes lecheros de Santa Fe, donde existe la mayor cantidad de tambos de la Argentina. Primero por la demora en la designación del director nacional de Lechería, después porque ese funcionario (Arturo Videla) se tomó varios meses para analizar la situación, más tarde porque hubo cambio de ministros (Luis Basterra por Julián Domínguez), ahora porque vaya a saber uno qué cosa. La sensación de que no se discuten cuestiones de fondo en la lechería es más que visible y compartida.
“Hablan de política crediticia, de fomentar el arraigo. Ya llevamos tres años de este gobierno y reuniones entre productores e industriales no ha habido. No hay una decisión política de decir ‘queremos esta lechería'”, declararon en esta entrevista los principales referentes de Meprolsafé ( la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe). Marcelo Aymaro y Fernando Córdoba.
Por supuesto, si el gobierno no convoca a que funcione una Mesa Láctea que agrupe a todos los sectores, pues finalmente no sucede nada. Y se mantiene el status quo vigente en los últimos años. El problema siempre es el mismo: la lechería es quizás el sector productivo más injusto, pues un grupo de grandes empresas suelen imponer los precios a varios miles de productores, de los cuales la inmensa mayoría son pequeños tambos que están en los límites de supervivencia. Habría mucho por hacer, pero…
Mirá la entrevista:
-Hace un tiempo el gobierno recién había asumido y ustedes se preguntaba cuándo se iba a poner en práctica el pago de la leche por calidad. Es un reclamo histórico de Meprolsafé. ¿Pero qué pasó con eso?
-En Santa Fe se está tratando de llevar un plan piloto con la anuencia del Estado Nacional. Bueno, esperemos llegar a buen puerto. Nos estamos juntando en las instituciones con el gobierno provincial. Ya hemos tenido contacto con el gobierno nacional, pero vamos lento, muy lento. Esto lo venimos reclamando hace mucho tiempo. Es una vieja promesa, que incluso está regulada. En algún momento el Estado dijo ‘este es el sistema que debería funcionar’.
-¿Entonces hay reglamentaciones que existen y que no se cumplen para ese pago por calidad?
-Desde 2014 hay resoluciones para ponerlo en marcha. Después el cambio de la política hizo que esa sea derogada. Hoy se le está haciendo algún tipo de reformas. Pero nosotros decimos empecemos algún día.
-Es la reforma para cambiar todo, pero para que no cambie nada…
-Bueno, eso es lo triste que viene pasando todo estos últimos 20 años, hacer siempre algo nuevo para que nada cambie. Y bueno, así está la lechería estancada y hablamos siempre de lo mismo hace 20 años. Aparte no es nada nuevo, no hay que inventar nada, está todo hecho.
-Para que entienda Doña Rosa, ¿qué significa esto de pagar la leche por calidad?
-Significa pagar primero por sólidos, por contenido de proteína, grasa y después también por lo que es la presencia de células somáticas. Porque cuanto menos bacterias, células somáticas, más le sirve esa leche a la industria, como cuando tiene más sólidos, pues hacen productos de mejor calidad.
Explican los directivos de Meprolsafé que ahora y siempre la leche al productor se paga por volumen, los litros entregados, casi como si fuera “agua blanca”.
“En cambio, si vos ves los contenido que tiene esa leche, podes cobrar más de acuerdo a un estándar que se va a poner. El que está arriba de ese estándar va a cobrar más y el que está abajo cobrará menos”, nos explican.
-¿Y por eso vos va a ser un estímulo a producir más y mejor?
-Cuando vos premias al productor por la calidad de su leche, va a tener estímulo para producir más. Lo que decimos es que va a dar equidad, porque te van a pagar por realmente lo que vos producís. Y vamos a dejar de subsidiar a algunos. Si un productor que tiene mil litros de leche tiene buenos sólidos, de buena calidad, seguramente va a cobrar más que aquel productor que a lo mejor tiene 20.000 litros, pero tiene tiene mala calidad o malos sólidos. La distorsión que existe hoy implica una diferencia de 10, 15 y hasta el 20% en precio solamente por tener volumen.
-Esta situación entonces penaliza a los tambos chicos, cuando desde el gobierno debería haber políticas de estímulo justamente a los más chicos.
-Tocaste un lindo tema. Por ahí yo escucho a los funcionarios… ¿Y cuál es la política que hubo para que el productor siga quedándose? ¿Para que el productor siga siendo productor? Lamentablemente no hubo ningún tipo de política para que el productor pequeño y mediano siga estando. Y no nos olvidemos que el 65 o 70% de los productores del país son somos pequeños y medianos. Más aún en Santa Fe.
-Julián Domínguez, desde que asumió, no dijo nada sobre lechería, como que no hubiera política lechera. ¿Cómo la ven ustedes?
-Acá nosotros nos queremos sentar a discutir el precio, no que lo fije unilateralmente la industria. Sentémonos a discutir el precio. ¿De dónde sale nuestro precio? Nosotros decimos siempre que nuestro precio tiene que salir desde la góndola. Sentémonos toda esta mesa, sentémonos todos a esta mesa a ver cómo hacemos realmente para ser un país exportador y no un país que solo exporta saldos. Porque cuando el precio internacional es menor, nosotros sobre ofertamos el mercado interno.
-Y ahí viene la crisis? Y desaparecen cientos de productores.
-Es que lo dicen los números de la cadena. Siempre pierde el productor. Entonces por eso pedimos una verdadera política lechera. Una política lechera donde el Estado esté como árbitro, nosotros decimos tiene que poner reglas.