La Asociación Argentina de Criadores de Brangus puso en marcha un programa para generar información objetiva sobre la carne que producen sus animales, con el objetivo de mejorar su calidad y acortar una brecha histórica entre el productor y la industria frigorífica.
La iniciativa es coordinada por Juan Martín Miretti, productor ganadero e integrante de la entidad, quien explicó que el eje central no es certificar calidad sino comenzar a medirla y comprenderla.
“El objetivo principal es empezar a juntar las partes, la industria y el productor, para poder entender qué calidad de carne estamos produciendo”, señaló el ganadero.

Según explicó, durante muchos años el productor argentino quedó alejado de ese conocimiento debido a la escasa inserción en mercados internacionales y a distintas restricciones internas, aun cuando la carne nacional mantuvo una muy buena imagen global.
El programa se apoya en tecnología de análisis de imágenes con inteligencia artificial, desarrollada por una empresa uruguaya, que permite evaluar en frigorífico variables clave como área de ojo de bife, grasa dorsal y marmoleo.
“A través de las imágenes, con algo bien objetivo y con inteligencia artificial, se simplifican bastante los criterios más básicos que hoy mira el frigorífico por calidad”, detalló el criador. Esos datos luego se contrastan con manuales de referencia internacionales, como los australianos y estadounidenses.
En esta primera etapa, la Asociación firmó un acuerdo con Marfrig Argentina. Los productores que envíen tropas a ese frigorífico no solo recibirán el romaneo tradicional, sino también un informe individualizado de calidad por media res. “El productor va a poder recibir el informe de la calidad de los individuos que mandó, media res por media res, con ese análisis de datos”, indicó el coordinador del programa.
Con la información recolectada, la Comisión de Carnes apunta a construir una base de datos amplia que funcione como una “foto” de la raza en Argentina. “Nos propusimos hacer 2.500 o 3.000 imágenes para tomar una muestra de cómo está la raza hoy en Argentina en materia de calidad”, afirmó Miretti.
A partir de allí, el proyecto busca avanzar en distintas líneas de análisis que incluyan genética, ambiente y sistemas productivos. El enfoque es ir desde el final de la cadena hacia atrás.

“Vamos de atrás para adelante, por eso no definimos que es un programa de calidad ni estamos certificando”, aclaró el productor. La intención es que el ganadero pueda entender qué está logrando con sus novillos o vaquillonas de faena y, en paralelo, que la Asociación pueda relacionar esos resultados con los DEPs que ya existen o que están en desarrollo.
“Es empezar a asociar este tipo de criterios y ver cómo podemos mejorar desde la raza la vida del productor”, resumió.
El programa está abierto a novillos y vaquillonas Brangus destinados tanto a consumo interno como a exportación, sin costo para quienes se sumen. “La idea es llamar a todos los productores de la raza, criadores comerciales que tengan tropas de engorde y faenen, que se sumen a esto y sin ningún costo le enviamos este informe de calidad”, destacó Miretti.
A largo plazo, el objetivo es que esta información permita producir en función de las demandas de los distintos mercados. “Cada uno pide un calibre específico, un marmoleo específico, un tipo de grasa específico”, explicó, y agregó que entender esas diferencias es clave para aprovechar el crecimiento futuro de la exportación.
“El gran aporte que queremos hacer desde la raza es empezar a unir la lógica de la calidad de carne con cómo está hoy la producción y trabajar en conjunto, algo que hasta ahora no se ha dado”, concluyó.





