El día nacional de la avicultura se celebra todos los 2 de julio debido a que un 2 de julio de 1857 llegaron los primeros colonos suizos-franceses a la zona entrerriana de Villa San José, donde se dedicaron a la producción de aves y huevos. La historia dirá que recién en 1925 la avicultura se convertiría en una actividad semi-industrial y que a partir de 1940 adquirió un carácter intensivo.
Es habitual que las dos cámaras del sector celebren este día con un acto en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y que ahí digan sus discursos tanto el presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), más especializada en el negocio de los huevos, como del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (Cepa), enfocada hacia la carne. Esta vez no pudo ser, por la pandemia que nos encierra, como a los pollos y gallinas.
Pero ambas cámaras se las ingenieron para hacer llegar su mensaje, pensando especialmente en que lo escuchen las autoridades de gobierno.
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Capia, en un comunicado, contó que su gran drama por estas horas es la extensión por 60 días del programa de Precios Máximos, ya que ese congelamiento de precios incluye a los huevos “impacta fuertemente en el sector”, ya que “los productores encuentran casi imposible seguir entregando mercadería a los mismos precios de febrero de este año”.
Según la entidad, a pesar de esa exigencia -vender a precios que se van erosionando por la inflación y los mayores costos que implica trabajar en medio de la pandemia-, los hueveros “han garantizado el abastecimiento ante un incremento de la demanda del 40%, incluso siendo perjudicados en la cadena comercial por el fijador de precios que ha comprado barato y ha remarcado el producto al público con altos márgenes”.
Huevo, huevo, huevo…
“Se sostuvo la provisión incluso afrontando incrementos de costos desde marzo a la fecha de entre un 15 y un 20%”, resaltó Capia, que pidió ayuda del Estado para “promover las transformaciones necesarias para acompañar el desarrollo” de la industria avícola. El sector afirmó que aporta casi 52% de la proteína animal sin transformación que consume nuestro país, ya que de los 130 kilos anuales pér cápita consumido “entre huevo y pollo, promediamos como sector los 68 kilos”, según dijo Javier Prida, el titular de esa cámara.
Mientras tanto, mediante un video, el titular de Cepa, Roberto Domenech, también destacó que el sector es “una industria pujante” que se ha ganado un lugar en el mercado de las carnes. Agradeció a las cerca de 100 mil personas que trabajan en la actividad.