La familia Amuchástegui es propietaria de campos en diferentes regiones productivas y por eso hace un poco de todo: ganadería de cría, comoditties agrícolas y también especialidades. A todo, además, buscan agregarle todo el valor posible, ya sea para venderlo en el mercado interno como para la exportación.
Inquietos por naturaleza, los Amuchástegui incluso un día se pusieron a fabricar su propia cerveza bajo la marca Traumer Bier. Fue con esa bebida con la que se brindó en el centenario de la Asociación Argentina de Angus, que se festejó el año pasado y de la que tanto se habló por su calidad.
Inés Amuchastegui estuvo en la reciente Exposición de Otoño de la raza y contó a Bichos de Campo lo que hacen en la empresa familiar, pero sobre todo cómo es la producción de la Traumer Beer, “porque los importante, es la cerveza”, como reza el dicho publicitario de una reconocida marca.
“Hace 6 años empezamos a hacer cerveza en el quincho de la casa de uno de los miembros de la familia y desde ese primer momento buscamos crecer. Hoy tenemos la producción estabilizada en Monte Cristo. Estamos haciendo 20 mil litros pero contamos con la estructura para producir 300 mil. Nos falta desarrollar más la parte comercial, pero ya tenemos las certificaciones de trazabilidad necesarias”, comentó la productora.
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Los Amuchástegui tienen una cabaña Angus con 500 madres entre puros de pedigrí y puros controlados. Por esa relación fue que ofrecieron su producción para la principal reunión de Angus en 2022. La cerveza hizo su presentación en la pista indoor de Palermo.
Pero la historia siguió. Y ahora la bebida se vende a través de vinotecas y supermercados de grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza. También en bares la cerveza se vende “tirada”. En esos mercados ya ofrecen 12 variedades diferentes.
Además de buscar una mayor inserción en el mercado local, los Amuchástegui tienen todo listo para comenzar a exportarla en latas de 374 mililitros. “Estuvimos estudiando muchos el tema y llegamos a la conclusión de que lo más sustentable para la exportación es la venta en ese formato, ya que el envase es mucho más reciclable que el vidrio y para eso la empresa invirtió en una enlatadora”, contó Inés.
“Estamos en varias cámaras de cerveceros y exportadores y tenemos listos los papeles para despachar a Bolivia, Uruguay y Paraguay. Todo lleva más de los esperado, pero ya estamos listos y esperamos hacerlo este año”, amplificó.
La productora contó que el desarrollo de esta cerveza tiene que ver con las intenciones de agregarle cada vez más valor a los granos y que los llevó a investigar y desarrollar las materias primas que requiere la elaboración de la bebida.
Por eso comenzaron a producir incluso el lúpulo necesario en la localidad cordobesa de La Cumbre, donde se da un microclima similar al de El Bolsón que es la región donde mejor calidad de lúpulo se obtiene en la Argentina.
“Lo mismo queremos hacer con la cebada, la avena y el trigo, y luego en el proceso de malteado agregarle nuestra propia levadura para sacarle más provecho” dijo Inés, quien explicó: “Nos divierte tener emprendimientos nuevos”.
En la empresa de los Amuchástegui se hace de todo: garbanzo pisingallo, arvejas, soja transgénica y no transgénica, maíz flint y por supuesto ganadería, “que no es solo un negocio, lo hacemos porque nos gusta y tenemos ganas de seguir creciendo”.
Respecto a la actualidad de esta actividad, Inés dijo que “la sequia demostró la necesidad de ser cada vez más eficientes, pero tampoco se le puede creer a los políticos. Como nosotros la tenemos muy vinculada a la agricultura, podemos aprovechar al máxima la interacción entre ambos, usar rastrojos y picados para alimentar a la hacienda”.