Los acopiadores están a la espera de que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, los reciba para presentar sus reparos y negativa a la producción del trigo transgénico HB4. El funcionario les dijo que entre lunes y martes de esta semana se reunirían, pero por ahora no tuvieron novedades.
La semana pasada, Bichos de Campo dio cuenta de la resolución del Inase (Instituto Nacional de Semillas) que obliga a la empresa Bioceres a desactivar el 80% de la cosecha 2019/20 de esa variedad, que no está aprobada comercialmente para su comercialización o, mejor dicho, está autorizada pero no puede cultivarse comercialmente hasta tanto Brasil también la autorice.
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, fue contundente respecto de este tema y de la actitud tanto de los funcionarios como del sector privado. “La medida del Inase no es suficiente, es un parche que no dará resultados y que no sabemos cómo se va a ejecutar”, aseguró.
“El Inase está intentando arreglar un desquicio. Se hizo un desastre con el HB4, nunca atendieron los reclamos, objeciones y avisos de precaución y se les viene un problema gigantesco. Están viendo cómo se puede solucionar”, aseguró Rivara.
Rivara además recordó que en esta campaña 2020/21 se sembraron 55.000 hectárea en 350 lotes distintos de 225 productores con el trigo HB4 y se preguntó entonces si al momento de la cosecha, acondicionamiento y comercialización del grano estarán dadas las condiciones para garantizar que el mismo no se mezcle con el cereal convencional.
El gobierno asegura que cuenta con las herramientas necesarias para brindar garantías al respecto, pero Rivara cree que hay que poner un mayor énfasis. “Van a haber 225 cosechadoras cosechando un trigo transgénico al mismo tiempo, porque esta es una cosecha agresiva, que se hace en poco tiempo, para dar lugar a la siembra de soja de segunda”, advirtió.
Y preguntó: “¿Qué van a hacer los cosecheros después de trillar un lote? ¿Van a estar limpiando las máquinas durante un día completo para que no quede un rastro de grano de trigo transgénico? ¿Quién certifica la limpieza de carros y camiones? ¿Las plantas de silo donde se almacene trigo transgénico no van a almacenar en trigo convencional por dos o tres años años? ¿En qué puerto van a exportar? ¿En qué molino van a moler?. No tienen idea lo que es limpiar un molino, no les importó, se manejaron con una irresponsabilidad escandalosa”.
Luego sostuvo que “la única salida es destruir el trigo transgénico, desgraciadamente, porque no me hace gracia que Bioceres pierda plata”. Vale recordar que la semana pasada el Inase dispuso que Bioceres puede conservar el 50% de la cosecha lograda en 2021/22, mientras que la otra mitad deberá inactivarse.
Rivara, que desde el vamos se opuso a esta innovación, insistió con sus críticas. “La contaminación del trigo convencional, que es el único que compran nuestros clientes, se puede dar en cualquier momento. Es un escándalo lo que hizo el gobierno. Si se produce esa contaminación, ¿quién se va a hacer cargo de los platos rotos? ¿Quién paga las consecuencias? Alguien se tiene que hacer responsable de esto y explicarle a la sociedad el daño a los productores, a la cadena, que se va a recaudar menos plata por pérdidas de mercados y que la población va a consumir harina de trigo transgénico”, enfatizó como si la situación ya se hubiera producido.