La seca pasó pero ciertamente no quedó en el olvido. Aún así, el perfil del suelo se recuperó en toda el área productiva y a nivel ganadero rebrotan las pasturas, pero sobre todo también lo hacen las expectativas.
El ánimo de los ganaderos es bueno tras el recambio del gobierno y algunas señales de apertura comercial, aunque la intención de subir los derechos de exportación al 15% despiertan una luz amarilla en mas de uno.
Más allá de esas cuestiones, están dadas las condiciones para que el 2024 sea un año de buenos precios, teniendo en consideración las variables intrínsecas del negocio ganadero.
El 2024 según Ignacio Iriarte: Finalmente llegaría un buen año para los criadores
El stock se vería reducido en 2 millones de cabezas, por la mayor faena de vacas y la mejor productividad de la cría, que reduciría la oferta de terneros en 1 a 1,2 millones de cabezas.
A su vez se esperan lluvias por encima del promedio pero con tendencia a la normalización hasta marzo, por lo que se entraría al otoño en buenas condiciones forrajeras. Este contexto está despertando el interés por la reposición de vientres.
Las vaquillonas preñadas se están negociando entre 750 y 850 mil pesos, lo que supone que multiplicaron por 4 el valor que tenían en el invierno, cuando la seca y el frio dejaron a los campos pelados. En esos meses un vientre preñado valía apenas 200 mil pesos.
Además los valores de las “fábricas” de terneros también mejoraron en dólares. De valer bastante menos de 500 dólares hace pocos meses, hoy se negocian en mil dólares tomando como referencia el tipo de cambio oficial.
También cotiza bien la producción de esas vacas, es decir, los terneros para engorde. Pasaron a valer en torno a los dos dólares oficiales por kilo vivo.
Sin dudas para la cría la situación cambió y mucho. Lamentablemente por la seca la “cosecha” de terneros será baja, pero todo hace pensar que los buenos precios actuales se mantendrán en niveles altos el año que viene.