Por Nicolás Razzetti.-
Las exportaciones de carne vacuna de 2017 llegaron a 308.600 toneladas lo que significa un crecimiento del 34% interanual. A su vez, representaron el 11% de la producción de carne, que sumó 2.84 millones de toneladas.
El volumen exportado es el más alto desde el año 2010, cuando los envíos al extranjero sumaron un volumen similar y también significaron el 11% de la producción total.
Dos motivos mejoraron las condiciones de acceso a los mercados internacionales y otro adicional podría mejorar el escenario para 2018.
El primero tiene que ver con la mayor demanda de China, que se espera siga creciendo en 2018. De acuerdo a las estadísticas del IPCVA, entre enero y noviembre las compras del gigante asiático crecieron 72% interanual y representaron el 46% del total vendido a todos los destinos.
China lleva carne de vaca, no de novillo, por eso la mejora en las ventas todavía no se traduce en una mayor producción de machos pesados. Esto podría cambiar a partir de la firma de nuevos protocolos para exportar a ese destino carnes con hueso, enfriadas y congeladas, que se concretó en las últimas horas.
El resto de los mercados en los que se colocó carne vacuna tuvieron mejoras más moderadas, de entre 10 y 15%.
La segunda causa del crecimiento en las exportaciones es el restablecimiento de los reintegros fiscales a la industria frigorífica, que promedian el 5% del valor Fob de la tonelada y que fueron quitados por el gobierno anterior, cuando se apuntaron todos los cañones a abastecer al mercado interno.
Para este año se espera un nuevo salto en las exportaciones. Los analistas arrancaron con pronósticos más optimistas que luego se fueron moderando. Ahora se habla de un crecimiento del 20%, quizás del 25%, lo que implicaría llegar a las 360 mil o 370 mil toneladas a lo largo de 2018. Todavía quedaríamos bien por detrás del Uruguay, que el año pasado exportó por 433.000 toneladas.
Uno de los motivos que apuntalaría el nuevo salto son las mejores condiciones de competitividad por la suba del dólar y que redujo el costo de la materia prima que pagan los frigoríficos.
De acuerdo a los últimos datos publicados por el IPCVA, el valor del novillo de exportación en Argentina es de U$S3,25, que con una cotización de 19,25 y un rinde de 59% significan algo más $39. Ese es el precio que percibe el productor, pero el frigorífico debe descontar de su cuenta el 5% de reintegros con lo cual su costo efectivo es de u$s 3,08, lo que empata el valor que se paga en Uruguay, es inferior al de Paraguay, aunque todavía unos 20 centavos de dólar más caro que el novillo brasileño.