El sector avícola argentino logró reanudar en mayo pasado sus exportaciones a China, especialmente compuestas por las cotizadas garras de los pollos, uno de los principales subproductos de la faena que tradicionalmente es muy demandado por el mercado asiático pero cuyos envíos se interrumpieron luego del cierre dispuesto por los chinos ante la aparición aquí de la gripe aviar en febrero de 2023.
Carlos Sinesi, el gerente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (Cepa), informó que el sector pudo reanudar sus envíos en mayo pasado, con unas 2.000 toneladas de productos hacia China. En el segundo semestre esperan triplicar ese volumen para redondear unas 6.000 toneladas mensuales.
Esta novedad es muy relevante para la cadena avícola, que necesita imperiosamente de mejorar su perfil de exportaciones para canalizar una producción de 2,5 millones de toneladas anuales, que ya no es fácil colocar en un mercado interno saturado y con escaso poder adquisitivo. Hasta abril pasado, se habían exportado solo 64.887 toneladas, con un retroceso de 13% respecto de igual tramo de 2024. Pero hasta ese momento no se podía vender a China, que demoró en reestablecer sus importaciones mucho más tiempo del esperado. Hasta los brotes de influenza aviar de 2023, era el principal destino de los productos aviares de la Argentina, en especial de las garras.
“La macroeconomía lamentablemente no acompaña para la exportación. Estamos en un promedio de 16 a 17 mil toneladas por mes esperando que se incremente” en los próximos meses, indicó Sinesi en la reciente reunión de la Mesa de las Carnes. Además de la demorada reapertura de China, los entusiasma que Filipinas y Corea del Sur se han sumado recientemente a la lista de 64 destinos abiertos para poder comercializar.
“Exportar más es lo que básicamente estamos necesitando para crecer (en producción). Hay que ser muy eficientes, y necesitamos financiamiento acorde a las condiciones. Tenemos un plan estratégico que incluye la construcción de 1.200 galpones en 5 o 6 años, por lo que ese financiamiento es un punto neurálgico”, indicó el directivo de CEPA.
El sector disputa los mercados con Brasil, uno de los más grandes productores y exportadores de pollo, pero que ahora está tecleando porque sufre de casos de Gripe Aviar. Pero no es nada sencillo sustituirlo, porque aquí el ancla es el atraso cambiario, más la persistencia de retenciones de 6,75%, y además el vecino país devaluó a principios de año un 30% su moneda, para ser más competitivo. Lo de las garras a China, en este contexto, es apenas un bálsamo.
Pero mucho peor la tienen por delante los frigoríficos vacunos, que desde hace años están esperando de China la decisión sanitaria que les permita comenzar a exportar hacia allí las menudencias de los bovinos, que actualmente ingresan con un castigo en el precio pues se triangulan vía Hong Kong.
En la reunión de la Mesa de la Carne, varios voceros coincidieron en que pese a que el protocolo sanitario que permita ese convenio (y que ya lleva varios años de idas y vueltas) está concluido, no se va a terminar de autorizar hasta que el presidente Javier Milei cumpla su palabra de viajar a China, respondiendo a la invitación que le hiciera el líder chino Xi Jinping. Obviamente, entonces, ese acuerdo por menudencias está condicionado a múltiples negociaciones pendientes entre ambos países.