Un conjunto de economías regionales cuya estructura de costos depende fuertemente del valor de la electricidad pudo reunirse este jueves con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, con el difícil objetivo de conmoverlo. De la reunión no salieron respuestas precisas. Según surge de un comunicado enviado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), allí se resolvió canalizar este tipo de reclamos por las mesas de competitividad coordinadas por el Ministerio de Agroindustria.
Los referentes del área de Economías Regionales de la CAME, encabezada por su presidente, Fabián Tarrío, estuvo casi una hora con el ministro que casi nunca ríe. “Esperamos definiciones de las Mesas de Competitividad y que la política orientada a recomponer la matriz energética impulse a los sectores productivos”, señaló Tarrío luego del encuentro, donde se abordaron casos concretos de producciones “electrodependientes” (en especial porque los equipos de bombeo funcionan a electricidad) , como fruticultura, olivicultura y arroz.
“Desde CAME se planteó que para mejorar la rentabilidad y competitividad del sector primario se deben tener en cuenta -principalmente- dos variables: mano de obra y energía, utilizada tranqueras adentro y afuera. Es por ello que se esperan definiciones de las Mesas de Competitividad multiministeriales donde participan todos los sectores de la cadena”, remarco la entidad en un comunicado.
La entidad recordó que en el período comprendido entre enero de 2016 y el mismo mes de 2018, las boletas de electricidad subieron considerablemente. “Ningún otro indicador mostró un comportamiento similar durante la etapa de análisis”, indicó Raúl Robín, el coordinador de Economías Regionales de CAME. Como alternativa de largo plazo, contó que le propusieron a Aranguren “reemplazar el suministro de electricidad por el de gas en determinados sectores”.
CAME también planteó que con las tarifas actuales, la rentabilidad y competitividad es dificultosa para todas aquellas producciones primarias de cultivos intensivos. Y le recordó a Aranguren que “se requieren políticas energéticas que acompañen al sector productivo, más aun a todas aquellas actividades electrodependientes que busquen ser económicamente sustentables”.
En este sentido, el ministro respondió que “el esfuerzo está puesto en recomponer la matriz energética” y no mucho más. Ahora a esperar las mesas de competitividad donde poder plantear la urgencia de tan altas tarifas. O a llorar a la parroquía.
A Aranguren no hay que dejarlo solo, a veces ve solo el bosque y no ve el árbol y puede conducir también a un error.., que después reparar se hace, pero no sin costo político y perjuicios reales.