El Ministerio de Agroindustria informó que en las últimas horas suspendió la matrícula de 16 establecimientos frigoríficos, mientras que otros tantos estuvieron varias horas en capilla, ya que se quisieron hacer los vivos y desactivaban los Controladores Electrónicos de Faena (CEF), más conocidos como “cajas negras”. Estos dispositivos, que son de uso obligatorio desde hace algunos meses, deberían permitir controlar la faena de bovinos en tiempo real, para evitar operaciones en negro o por fuera de las reglas del mercado (como la matanza a animales muy livianos).
Para mostrar que no ha retrocedido un palmo en su exigencia para que todas las plantas de faena tengan en funcionamiento su propia Caja Negra, la Dirección de Control Comercial Agropecuario que conduce Marcelo Rossi también habilitó este semana el centro de monitoreo, que justamente concentra el servidor que recibe y procesa las imágenes y datos que llegan desde unos 370 establecimientos de faena que tiene el país.
“Había una lista de 38 plantas en infracción y después quedaron estas 16, porque se corre la voz entre ellos y de inmediato empiezan a tratar de solucionar el problema. Son empresas que conectan y desconectan las cajas negras, pero ahora que está funcionando el centro de monitoreo vamos a saber en el momento quien está conectado y quien no”, indicó el titular de la ex Oncca.
Rossi comentó a Bichos de Campo que incluso la comidilla del día fue que desde el flamante centro de monitoreo un empleado de su Dirección avisó a una de las plantas frigoríficas que estaba faenando cerdos que uno de sus operarios estaba fumando en plena fajina. “Se ve todo”, bromeó el funcionario, que aclaró que “el objetivo no es cerrar plantas sino que funciones el sistema de control y lo que vimos es que las plantas se conectan de inmediato si estaban desconectadas”.
En un comunicado, la Secretaría de Agroindustria recordó que estos Controladores “son dispositivos que registran on-line la faena de cada planta frigorífica tomando la imagen, el peso, hora de faena y posición exacta de cada res en línea de producción. De esta manera se identifica el origen y destino de las mismas, optimizando el control de peso y tipificación de las reses”.
Estas imágenes y datos son procesados en un centro de monitoreo montado en el cuartel central de la Dirección de Control Comercial Agropecuario, en el edificio de la zalle Azopardo. Hasta allí fue el jueves de visita el secretario Luis Miguel Etchevehere, quien destacó que el nuevo sistema “es una iniciativa indispensable para la transparencia de la industria frigorífica argentina”.