La denominadas Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), un conjunto de normas y recomendaciones para que las actividades agrícolas no provoquen daños a la salud y el medio ambiente, serán de aplicación obligatoria para la producción de frutas y hortalizas, en plazos de dos y tres años respectivamente.
Fue una de las decisiones que se tomaron este jueves en la reunión de la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL). Participaron el secretario de Agricultura Familiar, Santiago Hardie; la subsecretaria de Alimentos y Bebidas, Mercedes Nimo; el administrador Nacional de la ANMAT, Carlos Chiale; y la directora del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), Natalia Jakubowski.
En un comunicado, Agroindustria informó que “en esta reunión se lograron importantes acuerdos que presentan un alto impacto para la producción y elaboración de alimentos. El mayor ejemplo es la propuesta de incorporación de las Buenas Prácticas Agrícolas para el sector de frutas y hortalizas”.
Ver: ¿Qué dicen las Buenas Practicas de Manufacturas de Alimentos incorporadas en el Código Alimentario?
Al respecto, la Comisión Nacional de Alimentos decidió que “esta norma entrará en vigencia con carácter obligatorio en 2 años para el sector frutícola y en 3 años para el sector hortícola”.
“Hasta el momento de la obligatoriedad, los organismos nacionales llevarán a cabo una estrategia de sensibilización, proyectos piloto y asistencia técnica para que (los productores) en forma voluntaria vayan incorporando las recomendaciones que estarán ahora incluidas en el Código Alimentario”, se aclaró.
Pese a que no figura en el centro del debate sobre el uso de agroquímicos, el sector productor de frutas y hortalizas es uno de los que deberían ser más observados por las autoridades, ya que producen alimentos para el consumo directo y en fresco por parte de la gente. Una dificultad es que se trata de un sector con un alto margen de informalidad, tanto en materia de reglas impositivas y laborales como en cuestiones de salud pública.
Bichos de Campo abordó recientemente esta problemática en un informe especial desde ExpoGorina, una muestra hortícola realizada en el cinturón verde de La Plata. Puede verlo aquí.
¨Este espacio es muy importante para esta nueva etapa de la agricultura familiar. Estamos buscando la simplificación para que los pequeños productores puedan contar con productos alimenticios aprobados para su tránsito federal. De esta manera se promueve la inclusión y mayores oportunidades comerciales para quienes hacen bien las cosas, más allá del tamaño de su establecimiento¨, evaluó el secretario Hardie.
Otros temas tratados en la última sesión anual de la CONAL fueron los criterios microbiológicos para la yerba mate elaborada (una solicitud del propio sector), la hidromiel como alternativa de otro producto de la apicultura con alto valor agregado y muy demandado en el mundo, y las bebidas lácteas.
A su vez, se acordó iniciar el trámite administrativo para la publicación de la Resolución Conjunta de los ministerios de Agroindustria y Salud, para el quesillo que se elabora en las provincias del noroeste argentino, los aditivos para la elaboración de cerveza, las fórmulas infantiles y los sueros de lechería.
Por otra parte, se presentó la incorporación al Código Alimentario Argentino de un artículo que establece requisitos diferenciales para los establecimientos elaboradores de alimentos provenientes de producciones de baja escala o de la agricultura familiar, a los fines de facilitar su inserción en el esquema formal higiénico sanitario. Se trató de un trabajo conjunto de las Subsecretarias de Agricultura Familiar, Desarrollo Territorial, Alimentos y Bebidas y el SENASA.
Al cerrar el 2017 se habrán publicado 20 resoluciones conjuntas de actualización del Código Alimentario. Se trató de uno de los años de mayor productividad de la comisión.