Pasaron los festejos de la Vendimia. Detrás del escenario, la producción vitivinícola va de mal en peor y todos hacen oídos sordos a los reclamos de los productores que se van cayendo del sistema y que vienen hace años alertando que sus tierras van quedando en manos de empresas de mayor tamaño, muchas de ellas grandes bodegas,
En esta Vendimia 2025 la situación fue todavía peor a la de años previos. Hace pocas semanas les habían avisado a los agricultores de Cuyo que este año el precio de las uvas para vinificar volvería a bajar. Un informe del IERAL que tradujo la intención que tenían las bodegas decía que eso iba a ser consecuencia de una mayor producción.
Esa proyección del impacto de la buena cosecha sobre precio al productor se cumplió, pero además las bodegas recibieron una ayudita del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que permitió la “vinificación diferida” de los mostos que permite a los establecimientos industriales manejar mejor sus tiempos de elaboración. La medida por ahora se retrotrajo hasta la Vendimia 2026 tras las protestas de los productores que temen que vuelva a tener vigencia cuanto bajen la guardia.
Mario Leiva, de la Sociedad Rural del Valle de Uco, donde se produce el mejor Malbec del mundo, dijo que este año por el clima se adelantó la cosecha de uvas, mientras a la par se atrasaron los precios. “Las bodegas están ofreciendo un valor similar al del año pasado, cerca de 500 pesos el kilo, cuando de por medio tuvimos una inflación monstruosa”, reclamó el veterano dirigente.
El productor agregó que en estas condiciones serán más los productores que dejan sus fincas. “Tengo un conocido que tiene 15 hectáreas y puso en venta 5 porque el número no le da. Esa porción del viñedo terminará como en tantas otras oportunidades en manos de las grandes bodegas”, denunció.
El dirigente cuyano agregó que, “como si esto fuera poco, desde el INV tomaron una decisión inconsulta e ilegal que es la de permitir la fermentación diferida de la uva, lo que nos deja sin mercado, lo destruye”.
Leiva explicó que la decisión permite a las bodegas hacer un tratamiento de la uva procesada que “detiene su fermentación. Así pueden manejas mejor sus stocks, controlar la salida de vino y también las necesidades de compra de uva, lo que nos deja sin precio alguno”.
Eso motivo que tanto su entidad, como las Cámaras de Comercio de San Rafael y de Tupungato, elaboraron un comunicado conjunto en que denuncian esta situación, y eso motivo, según explicaron, que las autoridades provinciales acordaron con el INV la marcha atrás de la medida.
El comunicado en cuestión explica los efectos negativos de esa decisión que por ahora quedó sin efecto. Esos “impactos negativos” serían:
- Caída en los precios de la uva y del mosto: Al desincentivar la producción de mosto concentrado, la resolución afectará la rentabilidad de miles de productores y bodegas.
- Desequilibrio en los stocks vínicos: La fermentación diferida permitirá especular con la oferta de vino, generando incertidumbre sobre la cantidad real disponible en el mercado.
- Incertidumbre en la comercialización: La norma se dicta en plena cosecha de uvas, en un momento clave para la formación de precios y contratos, generando confusión e inestabilidad en la actividad.