Al gobierno de Mauricio Macri muchos no lo recordarán con cariño. Ya lo sabemos. Pero si hubiera acaso una cosa buena para rescatar de esa gestión fue la implementación de un nuevo sistema para recaudar impuestos de la cadena de ganados y carnes, donde los grises eran históricos y muy difíciles de resolver. Con el sistema de anticipos de impuestos antes de autorizar la faena, implementado desde 2017, el blanqueo de la actividad a nivel mayorista llegó a casi 100%, según las estimaciones oficiales.
Ahora todo eso correría peligro y la razón es la interminable voracidad fiscal de la AFIP, que decidió sin consultar a otras áreas del Estado imponer anticipos de IVA mucho más elevados que los impuestos que deberían pagarse finalmente. De golpe los subió a 320 pesos por cabeza bovina a faenar, un 37% respecto de los valores previos.
La situación fue advertida por una de las cámaras más representativas de la industria frigorífica, Cadif, al ministro de Agricultura, Luis Basterra, y a los propios funcionarios de la AFIP. En una carta, la entidad criticó “el sorpresivo e injustificado aumento de los valores de anticipos a cuenta de IVA e Ingresos Brutos en la faena de bovinos, establecidos por AFIP con vigencia a partir del 1 de mayo de 2020”. Pidió dar marcha atrás, advirtiendo que la medida podría desbaratar todos los avances logrados hasta el momento en la lucha contra los operadores marginales de la carne.
“AFIP se excedió en los montos por cabeza establecidos. Con los nuevos valores, los pagos a cuenta superan en más de un 35% a los impuestos que se anticipan. Esta circunstancia además de ser inadecuada e injusta pone en riesgo la aplicación futura del mecanismo. Con el mayor de los respetos y la máxima transparencia establecemos un alerta temprana en tal sentido, en defensa de los avances conseguidos”, indicó la misiva elevada por los faenadores.
Sus cálculos son que estarían excediendo en 84 pesos por bovino que se faena los montos de impuestos correspondientes. Si se multiplica por 13 millones de cabezas esa cifra, el resultado es que el sector de frigoríficos y matarifes estaría financiando al fisco por la friolera de 1.000 millones de pesos anuales.
Hay que retroceder para entender lo que sucede. Entre la AFIP y la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA), durante la gestión de Cambiemos se puso en marcha un sistema mediante el cual ese organismo dependiente de Agricultura no liberaba los permisos de faena de bovinos si antes los operadores matriculados (frigoríficos y matarifes) no depositaban ante la AFIP un anticipo de impuestos (IVA y aportes patronales). Luego a este operativo se sumó ARBA, cobrando del mismo modo anticipos de Ingresos Brutos.
Con este esquema hubo resultados visibles muy rápidos pues creció mucho la recaudación y muchos matarifes que antes operaban en las sombras optaron por blanquear sus negocios: la cantidad de matrículas en esa categoría pasó de unas 200 a más de 3 mil.
En los últimos días, sin consultar con Agricultura, los sabuesos decidieron actualizar los valores de anticipos establecidos un 37%. Pero según las cuentas realizadas por Cadif, los nuevos valores “exceden los tributos que se anticipan, lo cual generará importantes saldos a favor en los contribuyentes, imposibles de ser financiados”. Es decir que para poder operar en blanco los faenadores de bovinos tendrán que pagar como anticipo más impuestos de los que corresponderían pagar antes del final del proceso. Y luego deberían pedir la devolución de ese dinero al Estado.
“Sabido es que una modalidad de pagos a cuenta tributarios no puede exceder notablemente a los impuesto que se anticipan, porque de ocurrir ello se desnaturaliza el objetivo de aquel, justificando la presentación de recursos judiciales de amparo que -justificadamente otorgados- destruirían el sistema”, le advirtió en idioma leguleyo la cámara de frigoríficos a las autoridades.
Esto y decir que todo se iría al diablo es más o menos lo mismo.
Pero Cadif, que pesa fuerte entre los frigoríficos del conurbano, dejó en claro que no quiere que la sangre llegue al río. “Desearíamos que quede perfectamente en claro que nuestro pedido de retrotraer valores es en defensa de una herramienta que por ineludible, ha demostrado ser eficaz para combatir la evasión y el doble estándar impositivo que tanto afecta nuestras actividades y a la transparencia del mercado”.
En ese sentido, se recordó que el sistema de blanqueo conocido como “Quién no paga no faena” fue impulsado por la propia entidad y luego contó “con el apoyo de toda la cadena de la carne, siendo implementado en tiempo récord y de manera impecable por AFIP y ARBA a partir de marzo 2017”. Además de Alberto Abad, ex titular del organismo tributario nacional, un funcionario clave en este proceso fue Marcelo Rossi, ex subsecretario de Control Comercial Agropecuario y actual director nacional, que impulsó este nuevo esquema durante la gestión del ex ministro de Agricultura Ricardo Buryaile.
En la gestión de Luis Miguel Etchevehere este sistema de control se profundizó con la instalación de controladores electrónicos en todas las plantas de faena del país.
Cadif recordó que mediante este esquema de anticipos previos a la faena, “al implementarse el sistema, los valores establecidos cubrían la mayor parte de los tributos mencionados”, lo que permitió “incrementar fuertemente la recaudación tributaria” del sector.
“El mecanismo, según datos oficiales, desde sus inicios y hasta la fecha tiene prácticamente un 100% de cumplimiento y efectividad, para las mas de 13 millones de cabezas faenadas por año, porque está basado en tecnología, vinculando sistemas bancarios, de AFIP y de registros de faenamiento sistémicos, todo ello sin intervención humana, lo que lo hace intangible e ineludible”, remarcó la carta enviada por la cámara a las autoridades. Lo que se anticipa es el IVA del 10.50% y los Ingresos Brutos de 0,50% sobre ventas.