El directorio de la malograda aceitera Vicentin, actualmente en concurso de acreedores, informó que “luego de tres años de inactividad hemos reactivado nuestra planta de alimento balanceado del Parque Industrial de Avellaneda, a través de un contrato de fazón a largo plazo celebrado con la Unión Agrícola de Avellaneda (UAA)”.
El acuerdo, dice Vicentin, permitirá producir hasta 700 toneladas mensuales de alimentos embolsados y 3000 toneladas de alimento a granel. Según esta lectura, esta reapertura “representa un paso sustancial más hacia la normalización de la actividad de la empresa y del Nodo Norte en especial, donde se desempeñan cerca de 200 trabajadores en forma directa”.
Como nodo norte se reconoce a los negocios que Vicentin tenía en las ciudades de Reconquista y Avellaneda, en el norte de la provincia de Santa Fe, donde nació hace más de 90 años, donde tiene su sede social y donde se tramita el concurso de acreedores.
Para la reapertura de esta fábrica, según el directorio de Vicentin, ha sido fundamental “el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, que devolvió el expediente del Concurso Preventivo de la sociedad a su juez natural”. La decisión “ha contribuido a restablecer el ambiente de tranquilidad que se genero desde que la compañía presentara las conformidades suficientes para alcanzar un acuerdo en el marco del citado concurso”, se evaluó.
La Unión Agrícola de Avellaneda, que es una cooperativa vecina de esa región, había manifestado su interés de operar varias veces algunos activos de Vicentin, pero tropezó con que la mayoría de ellos, ubicados en Rosario, ya tenían contratos a fazón con grandes operadores del negocio agroexportador, como Viterra, ACA y Bunge. La entidad tiene unos 1.100 productores asociados y una capacidad de acopio de 2,7 millones de toneladas de granos.