Dentro de las aves bonaerenses existen poblaciones cada vez más numerosas de cotorras, palomas, tordos, entre otros. “En algunos momentos del año, especialmente durante el invierno, pueden generar mucha presión sobre la huerta y llegan a ocasionar pérdidas de diferente magnitud”, advirtió Francisco Pescio, técnico del programa Prohuerta del INTA AMBA, que atiende los asuntos productivos del conurbano bonaerense.
“Para prevenir estos ataques, muchas huerteras y huerteros –agrega el especialista– acuden a diversas técnicas que van desde los clásicos espantapájaros hasta las trampas de colores”, afirmó el técnico, para quien, de todos modos, la técnica más efectiva es la utilización de redes con alambre finito, hilos finos o mallas anti pájaros.
“Estas redes se ponen por encima del cantero y evitan que puedan acceder los pájaros cuando están los primeros brotes. Cuando las plantas ya tienen un tamaño aceptable dejan de ser atacadas por los pájaros con lo que podemos retirar las redes hasta la próxima temporada”, recomendó Pescio.
¿Y los espantapájaros? Para el técnico del INTA AMBA tienen un efecto limitado que dura unos días. “El pájaro ve algo extraño y entonces no se acerca pero ni bien se da cuenta que es un palo de madera recubierto deja de tenerle miedo y de respetarlo”.
Lo mismo ocurre cuando se cuelgan CD o plásticos de colores, acotó.
No obstante el especialista agrega que la confección de espantapájaros pueden ser muy útil como “una actividad muy divertida para realizar con los chicos y en famili, ya que en el momento de confeccionar a nuestro muñeco, incluso podemos pensar en diversos modelos”.
Según el técnico, los espantapájaros “quedan muy bonitos como parte de una huerta: no hay espacio de siembra que se precie de tal sin tener un bello espantapájaros”. Pero queda claro que contra los pájaros sirven poco y nada.
Pescio advirtió que estos inconvenientes son mayores en las etapas iniciales del cultivo, cuando los plantines están emergiendo o son muy tiernos. “Esto se debe a que, en épocas invernales, las fuentes de alimento se reducen mucho para los pájaros; mientras que nuestra huerta puede ofrecer brotes tiernos de plantas muy preferidas como lechugas, acelgas o habas. Es ahí que los pajaritos pueden traer problemas”, indicó. En algunas ocasiones, en las cuales el tamaño del lote también adquiere significancia, la incidencia del daño por aves puede llegar a valores de 70 u 80% de lo cultivado.
No obstante, destacó el técnico del ProHuerta, los pájaros también pueden ser de gran ayuda, ya que se alimentan de plántulas de posibles malezas y de diferente tipo de insectos.
Fotografía: Paula Aguilera (INTA)