Es cada vez más frecuente que los consumidores quieran saber el origen de los productos que consumen, y en realidad es un derecho legítimo el poder optar lo que se quiere comer, y sobre todo, saber qué es lo que se come. Eso es lo que sucede en Francia por estos días, en donde se dio un paso más en el avance hacia la trazabilidad.
Es por eso que el ministro de Agricultura de ese país, Didier Guillaume, y la secretaría de Estado de Economía y Finanzas, Agnès Pannier-Runacher, presentaron esta semana un proyecto de decreto para hacer obligatoria la información sobre el origen de la carne que se sirve en restaurantes. Una parte de ella es de origen argentino.
De acuerdo al sitio web Cárnica de España, este proyecto se notificará a la Comisión Europea y se enviará al Consejo de Estado. Sujeto a la validación del texto por estos diversos organismos, la normativa podría entrar en vigor a partir del 1 de abril de 2020.
Por ahora, este acceso a información sobre el origen de la carne es de ternera y se da en supermercados y carnicerías. Si se aprobara el decreto, se extendería la obligatoriedad de informar el origen de esa carne en restaurantes y el objetivo es que la normativa sea extensiva a la carne de cerdo, oveja y pollo.