El Craikense es una cooperativa agrícola y tambera de la localidad cordobesa de James Craik. Se trata de una de las cooperativas más antiguas del país y su lema “lácteos del mejor origen” enorgullece a sus directivos. De todos modos, ellos admiten que desde 2016 se ven afectados por los problemas climáticos, y que incluso redujeron la recepción de materia prima y tienen una creciente capacidad ociosa.
“Nuestra cooperativa es de estructura chica. Tenemos un grupo de 34 productores que nos traen leche y que están situados a 120 kilómetros a la redonda, o sea que es muy cerca de la cooperativa. El 2016 fue el año que empezó a traernos problemas con el clima y las lluvias, y los 34 productores socios que entregaban leche a la cooperativa se encontraban en plena emergencia hídrica, que se mantuvo en el tiempo”, dijo a Bichos de Campo Sergio Vigliano, presidente de la cooperativa de James Craik.
El presidente de El Craikense describió que “en mayo 2016 tuvimos que presentar un procedimiento de crisis y reducir los horarios de trabajo del personal por la falta de materia prima. Ese año pasamos de 120.000 litros diarios a 30.000 litros diarios”.
Escuchá el reportaje completo realizado a Sergio Vigliano:
Vigliano aseguró que “en los último meses de este 2019, el productor tambero tuvo como un veranito de precios, por así decirlo, el cual viene dado por la falta de materia prima”.
Pero también aclaró que “el déficit de capacidad instalada que tiene la cooperativa la tiene el resto de las empresas lácteas, porque este problema climático afectó al resto de cuencas lecheras del país. De modo que el clima es el que reguló el mercado y el que hizo que el tambero se haya visto favorecido en el precio percibido por litro de leche. No hay otra razón”.
Vigliano, de todos modos, se mostró cauto respecto de cuánto durará esta situación. “Hoy nos encontramos con que el consumo está depresivo y caído, lo que complica la comercialización. Tomando como base el precio del kilo de queso cremoso, reportamos bajas de 30 a 40 pesos por kilo en fábrica. Y esto trajo como consecuencia que la mayoría de las empresas regulen su precio, y para poder vender, como en nuestro caso, debemos convalidar esas fuertes bajas en el precio del queso cremoso”.
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En este contexto difícil para las pymes lácteas, Vigliano evaluó que ve un futuro “complicado”.
“Por un lado los tamberos tienen rentabilidad favorable. La falta de materia prima elevó los precios. Y al mismo tiempo vemos un consumo interno decaído, lo que obliga a reducir los precios de venta de las empresas. Esas empresas tienen mucho respaldo y tienen la opción de enviar sus segundas marcas a góndolas con precios bajos y mantener así las ventas. Pero en el caso de las pymes es muy complicado porque no tenemos la misma espalda y no manejamos los mismos niveles de stock de materia prima. Entonces, el eslabón más afectado es, una vez más, el productor tambero”.