Este año se festejó como un logro que el nivel de destete haya llegado al 68% gracias los buenos precios que tuvieron los terneros, vacas de cría y que el productor reinvirtió las ganancias en su actividad. Lamentablemente ese esfuerzo se vería afectado por la sequía que está castigando a la ganadería, entre otras actividades productivas.
Fernando Ferrari es veterinario y asesor en Lobos, Buenos Aires, y además coordina la comisión de carnes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
Ferrari sostuvo que: “esta sequía es peor que la de 2008/09 en esta zona”, en aquellos años la falta de precipitaciones y las políticas en contra de la ganadería, llevaron a una liquidación de 11 millones de animales, el 20% del stock vacuno de ese entonces. “En 10 meses llovieron solo 360 milímetros. Hace 60 o 70 años que no teníamos una seca tan larga”, contó.
Ese municipio es uno de los más afectados en la provincia por la falta de lluvias, y lo sufren las vacas que entran en servicio y los terneros recién nacidos. Dijo además que en Lobos, donde el destete fue del 83% en los últimos años “podría bajar al 70% ya que la vaca entra en muy mal estado corporal al servicio, y no se cuenta con comida para que mejore”.
El veterinario agregó que este fenómeno climático “hizo que los feedlots se llenaran, pero como pierden más de 10 mil pesos por cabeza que engordan, están pagando menos por el ternero”.
Gran parte de los terneros que están yendo al engorde a corral deberían estar haciendo recrías pastoriles para entrar al proceso de terminación el año que vienen. Este adelantamiento del engorde que está generando tanta oferta para la faena indica que en 2023 faltará gordo.
Por su parte, Carlos Federico Kohn, productor y asesor en Tucumán, dijo que “en febrero o marzo es muy probable que comience a notarse un faltante de ganado para la faena que se están anticipando por la sequía”.
Eso debería generar una suba de precios, pero Kohn duda de la respuesta del mercado local: “Es preocupante lo que sucede en el consumo interno, el corte que más se vende es carne picada, la gente quiere comer carne vacuna pero no tiene posibilidades”.
El docente y consultor dijo que el problema es doble: “La sequía impacta en el ingreso anticipado de terneros al engorde intensivo, y además impacta en el estado de las vacas, lo que afectará la futura preñez y la oferta de terneros el año que viene”, en concordancia con Ferrari.
Kohn dijo que es muy difícil anticipar cuánto se verá afectada la preñez, “pero si fuera de 5%, que no es nada alocado en este contexto, habría 700 mil terneros menos para engordar en 2024.
En definitiva, la sequía puede revertir no sólo los buenos indicadores productivos de la cría, sino además generar un problema de oferta de hacienda el año que viene, y en 2023, según cree Kohn, “puede revertirse parcialmente haciendo más eficiente a la ganadería puertas adentro, pero eso debe ser acompañado con las políticas puertas afuera”.
Creo que el sector Ganadero/Cárnico se va seguir viendo afectado a futuro no por la sequía sinó porque el Argentino maduró mucho económica y políticamente, nunca visto antes desde principios del 2016, el consumo fué bajando de 60kg percapita a índices muy pordebajo de 20kg. Si acaso percápita, Esa desición social nos muestra a las claras que el sector deberá rever sus precios de comercialización.