Creemos que no nos equivocamos si decimos que Carlos Sylwan es el productor de olivos más austral de la Argentina, ya que su explotación está ubicada en los alrededores del balneario Las Grutas, en la Provincia de Río Negro. “Desde 2001 que producimos olivos, obteniendo las primeras producciones en 2004 bajo el nombre de Olivos Patagónicos”, contó Sylwan a Bichos de Campo.
En general los olivos en la Argentina se producen en la zona cordillerana, el principio en Mendoza y más adelante en San Juan, Catamarca y La Rioja. También se pueden encontrar algunas hectáreas implantadas en Coronel Dorrego, en el sur de la provincia de Buenos aires. Pero Sylwan se fue mucho más allá, a la Patagonia. Ahora reconoce que eso tiene varias desventajas. “No encontramos proveedores cercanos; los asesores los tenemos a 1.500 kilómetros de distancia, y además nos complica el flete, porque en esta zona no se fabrican envases”, afirma.
“Por otra parte, el manejo va cambiando según la zona; es decir que la receta de Mendoza o San Juan no funciona igual que acá, por eso debemos hacer ensayos a fuerza de prueba y error”, relata el emprendedor.
Escuchá el reportaje completo a Carlos Sylwan:
Sylwan nació en Rosario y conoció las Grutas haciendo turismo. “El clima es del tipo mediterráneo, con veranos muy calurosos y secos, e inviernos suaves. La vegetación es similar a la del oeste de La Pampa, Mendoza y San Juan. Hicimos estudios de suelo, clima y agua, y plantamos unos 700 árboles de arbequina, una variedad de olivo de origen español, cercana a la zona de Barcelona y Cataluña. Notamos que aquí se adaptó muy bien la especie. Hoy tenemos unos 1.500 árboles en 28 hectáreas y contamos con una planta de producción propia”, explica.
Allí la empresa elabora aceite de oliva, que vende tanto en la zona como en restaurantes de renombre en Buenos Aires. “Hay que tener presente que apenas se saca la aceituna del árbol, esta pierde calidad porque comienza a fermentarse y oxidarse. Por consiguiente, mientras mas temprano la industrialicemos, mejor calidad obtendremos. Por eso, dentro de las cuatro horas que nos lleva cosecharla, la ingresamos a la fábrica para obtener productos de calidad”, describe el emprendedor.
Y agregó: “Estamos muy abocados al sector turísitico en Las Grutas. Por eso hacemos visitas guíadas, sobre todo en la época fuerte de primavera y verano, cuando asoman las ballenas. Esto nos da la ventaja de vender al consumidor final de forma directa, lo que nos permite apalancar los problemas de costos que hemos tenido en estos últimos 10 años”.