La difusión de lo que sucede en el sector agropecuario es una preocupación constante en todas las naciones en las cuales el público urbano está siendo “bombardeado” de manera sistemática por relatos que pretenden demonizar los diferentes sistemas productivos a pesar de que los mismos permiten mantener alimentada a un población mundial de casi 7900 millones de personas (y en constante ascenso).
En ese marco, los responsables de la Confederación da Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA) decidieron contratar a la estrella de Instagram, Duda Reis, para acercar el campo a la ciudad.
Duda, quien cuenta con más de nueve millones de seguidores en Instagram, dedicó así todo un día para recorrer fincas del interior de São Paulo, más específicamente de la región conocida como el “Circuito de las Frutas”, donde se encargó de cosechar ella misma frutillas, duraznos y uvas.
Los productores frutícolas se encargados de mostrar que llevan adelante establecimientos familiares dedicados a elaborar de manera responsable alimentos que luego son destinados a las grandes urbes brasileñas.
“Usamos Internet todo el día y ni siquiera preguntamos de dónde vienen estos alimentos, si hay una historia detrás, cómo es el trabajo. Yo como una frutilla en casa, que podría ser de aquí, y nunca me lo cuestioné”, declaró la influencer de Instagram.
“Fue muy importante que yo llegara a ver el mundo real porque a veces dejamos experiencias geniales, personas reales, historias muy interesantes, a través de un absurdo apuro diario”, añadió.
La inversión realizada por CNA, que no debe haber sido económica, rindió frutos –nunca mejor dicho– porque el video de la estrella de Instagram ya lleva más de 700 reproducciones, una cifra inédita para un contenido relacionado con cuestiones rurales.
En Brasil la representación gremial agropecuaria está en manos de una sola entidad, la CNA, que es financiada por todos los productores agropecuarios del país. La principal fuente de financiamiento de la CNA es una contribución sindical universal y obligatoria vigente desde 1971 por una legislación federal específica. El aporte debe ser realizado por todas las explotaciones y empresas agropecuarias del país (estén o no afiliadas a una sociedad u organización rural de base).
Para el caso de empresas agropecuarias a nombre de personas físicas, el cálculo del aporte se realiza en función del valor fiscal del total de hectáreas explotadas, mientras que para personas jurídicas la base es el capital social de la empresa.
La recaudación total proveniente de la contribución se distribuye de la siguiente manera: 60% para la sociedad rural de la zona en al cual se originó el aporte; 20% para el Ministerio de Trabajo (MTE); 15% para la federación agropecuaria regional; y el 5% restante para la CNA (la “mordida” del MTE probablemente haya sido una concesión que los productores brasileños hayan tenido que hacer para que la clase política les apruebe la norma). En aquellas regiones en las cuales no existe una sociedad rural, los recursos se distribuyen en un 60% para la federación agropecuaria regional, 20% para el Ministerio de Trabajo y el 20% restante para la CNA.
En la Argentina, recientemente se lanzó el “Proyecto Colectivo Federal”, una iniciativa financiada con aportes particulares de empresas agropecuarias que pretende acercar el campo a la ciudad por medio de diferentes canales de comunicación, para lo cual contrataron al publicista argentino Miguel de Godoy.