Por la ruta 9 “vieja”, la que une Rosario con la cuidad de Córdoba, si se atraviesa la provincia de Santa Fe de este a oeste, se llega a la 178. Ese cruce de rutas marca el inicio del polo metalúrgico más importante de Argentina, y famoso en el mundo.
Desde Armstrong a Las Rosas, en el centro de la provincia litoraleña, se extiende la zona núcleo de producción de maquinaria para el sector agropecuario. Las Parejas, entre las dos localidades mencionadas, vive y respira fierros de campo.
Es que la cercanía a la zona productiva por excelencia, y varios pioneros de la zona, hicieron que esta región se famosa en el mundo entero, tanto por la cantidad de fábricas, como por las innovaciones y mejoras constantes que allí despliegan los talleres y empresas, algunas grandes, otras muy grandes y otras familiares.
Entender esta lógica histórica de fierros, soldaduras, chapas, tuercas, resulta simple para Nicolás del Pino, un joven fabricante de maquinaria de Las Parejas. Para el, esto se lleva en la sangre, se piensa como el ADN. La carga genética de muchos de los habitantes de la zona tiene que ver con las soldaduras, las chapas y los bulones: “Estamos todos relacionados al campo. Esto no es ni extraño ni raro. Es normal en la ciudad de Las Parejas, de donde somos nosotros, ya nacer con esto. Ya nacer con conocimiento en la tornería, en la soldadura, en el fierro. Nos criamos con esto, por eso somos la base agroindustrial”, dice del Pino a Bichos de Campo.
Es que en estos pueblos santafesinos, los conocimientos metalúrgicos y metalmecánicos se riegan y se extienden generacionalmente. Es por eso que no es llamativo cruzarse cientos de talleres y fábricas de maquinaria en las arterias de los pueblos que componen este polo.
“Tanto en Las Parejas como la ciudad de Armstrong o Las Rosas, venimos con este empuje ya de muchos años, gracias a los primeros pioneros. Yo creo que la juventud que está relacionada de manera directa con un padre, con un tío, con alguien que esté metida en el rubro, de una u otra manera trata de seguirlo, porque es un rubro lindo, es algo que se disfruta, algo que se hace con pasión. Se reniega, hay problemas, pero es algo que cuando vos lo podés lograr, te sentís muy satisfecho. Más si tenés una marca propia”, explica Del Pino.
Esto lo sabe bien Del Pino, porque junto a su padre lleva adelante una fábrica familiar de maquinaria en Las Parejas. Se llama AGRODEL, en referencia al apellido, y pudieron levantarla hace unos 12 años, y fabrican allí carros de todo tipo e implementos de uso en el campo.
Fue el papá de Nicolás quien comenzó con el emprendimiento, luego de trabajar durante años en otras empresas. Primero trabajan para terceros, reparando o construyendo partes específicas, hasta que pudieron crecer y fabricar productos con su marca propia, que es, en parte, su apellido.
“Arranca siendo encargado en otras empresas, entonces uno de sus sueños fue independizarse. Venía con conocimiento, trabajaba y decidió hacerlo por la suya. Hubo un momento donde él pudo independizarse, gracias a uno de los patrones que lo ayudó de a poco con la compra del terreno, loteos que se hicieron en la ciudad, y ahí pudo arrancar con un galponcito chico, en el cual él arranca haciendo trabajos para terceros”, explica Nicolás el paso del fundador de su fábrica de empleado en otros talleres más antiguos, a diseñar y fabricar equipos propios.
A su vez, Nicolás agrega: “Arrancamos luchando de chicos. Hoy estoy yo acompañándolo a su lado, y día a día tratamos de mantener la marca, la calidad, mejorarnos y seguir en el rubro”.
Mirá la entrevista completa con Nicolás Del Pino:
La historia de AGRODEL es como muchas de la zona, plagada de sacrificio y pasión: “Empezamos con lo que tenemos hoy en día, pero más precario. Empezamos con el carrito playo, con la tolva, con el chimango, con el tanque de combustible, que eran cosas que mi papá ya sabía hacer, pero no teníamos un modelo propio. Comprábamos algo estándar y lo vendíamos, y poco a poco fuimos haciendo clientela. Llegó un momento donde pudimos comprar la guillotina y la plegadora. Mi viejo haciendo sacrificio compra las dos máquinas, y gracias a eso nosotros podemos sacar nuestro modelo de plegado y de esa manera nos diferenciamos del resto”, dice el industrial santafesino.
– Particularmente, ¿en qué te diferencias de la amplia competencia? ¿Dónde está el detalle?
– Muchas de estas cosas, vos las ves normal en todos los otros carros, pero, por ejemplo, es más fácil hacer un guardabarros derecho, sin tanto recoveco. Porque es más simple, tenés menos cantidad de chapa. Nosotros al tener la plegadora, sacamos este modelo de guardabarros resistente que el cliente puede pararse arriba, y no tiene problema. No se dobla, lo podés chocar y no se va a doblar. Son detalles que a nosotros no nos varía tanto en el costo, pero a la hora de un gusto al cliente y algo que llama la atención.
– Ese momento de salto requirió de un lugar, de otro personal, de más máquinas, de un despliegue y un escalamiento. ¿Cómo y cuándo se dio eso?
– Eso se fue dando, en el año 2014, 2013, en que nosotros empezamos con nuestra marca a buscar los cambios. Entonces yo tomo la labor y el trabajo de hacer algo nuevo, pero tenía que haber otra persona ocupando mi lugar. Entonces ahí necesitamos gente en la administración. No podías tapar todos los agujeros. Vas dejando lo más fácil de cubrir, lo vas cubriendo con gente que vos de a poco le vas enseñando, lo vas ayudando, lo capacitás, le demostrás cómo lo hacés de la mejor manera. Vos te vas ocupando de lo más difícil. Entonces, ahí vos te pones con la guillotina y la plegadora, y sale un modelito nuevo, algo distinto, un detallecito, un agregado de chapa más. Y ahí es donde uno se motiva y le buscás la manera de modificar algo para que te des cuenta que es simplemente es tuyo. No hace falta que tenga la calco. Con un fierro que vos tengas distinto, vos ya sabés que eso lo hice yo.
– ¿Hay demanda? ¿Se venden? ¿Cómo está ahora la situación?
– Mirá, venimos de un año que hubo mucha sequía, cambio de política y demás, que directa o indirectamente afecta. Más en nuestra zona, que nos dedicamos especialmente al campo. Viene remontando de a poco, pero no estamos todavía en un año normal. Todo va de la mano con todo, la cosecha no viene tan mal, viene bien, y venimos aguantando. Pero la realidad es que los costos fijos fueron aumentando, y tratamos de solventar todo lo que más se pueda, pero venimos con lo justo. Meterte e invertir en maquinaria nueva, no es el momento ahora. No es el momento, porque todavía no tenemos el movimiento del campo. Ese movimiento muchas veces se genera por facilidad de crédito, por mejores cosechas, por mejores tiempos.
soldar es lo unico que saben hacer. usan metales de rezago. la maquinaria argentina que fabrican estos chantas es una bosta. y te la quieren cobrar como buena
Me gustaría ver tus manos para saber si alguna vez trabajastes en algo relacionado al campo o sos uno de los planeros que tanto daño le han hecho a mi querida Argentina. Tengo 73 años y dedico la mañana a mi trabajo en la oficina y medio día a trabajar en mi campo. Así hicieron grande este país mis abuelos y luego mis padres, Hoy trato de seguir sus legados.
Me gustaría ver tus manos para saber si alguna vez trabajaste en algo relacionado al campo o si solamente sos un planero que tanto daño le han hecho a nuestra Argentina. Tengo 73 años y todos los días trabajo en mi oficina por la mañana y por la tarde me cambio de ropa y trabajo mi campo. Así hicieron grande este país mis abuelos y luego mis padres.