Todos los años Neuquén y Río Negro reciben en enero y febrero una ola migratoria desde las provincias de Tucumán, Salta, Catamarca y Jujuy -entre otras- para la cosecha de peras y manzanas. La próxima campaña será particular porque se espera la llegada de 30 mil trabajadores en medio de una pandemia que no se lleva bien con la aglomeración de gente. Los productores tienen sus ojos puestos en los protocolos que los gobiernos provinciales están diagramando a contra reloj.
“Vemos a los gobiernos de Neuquén y Río Negro trabajando muy activamente, ésto es muy dinámico. Al día de hoy están haciendo un trabajo muy fuerte con las provincias de origen de donde vienen los trabajadores”, contó a Bichos de Campo Marcelo Loyarte, director de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI).
Según pudo conocer CAFI, el protocolo en el que se está trabajando es uno integral que opera en las provincias de origen y en los puntos de acceso al Alto Valle. Como primera medida todos los trabajadores deberán salir de sus localidades con un test de Covid negativo, incluido el conductor, y durante el viaje no se podrán hacer más que las paradas necesarias para recargar combustible.
Por otro lado, ya no podrán ingresar a las plantaciones trabajadores que se encuentren buscando trabajo. Solo serán admitidos aquellos que cuenten arreglos previos con un empleador.
A nivel local, los gobiernos preparan centros de aislamiento y definen pautas de convivencia para los meses en que este aluvión de trabajadores permanecerá en estas provincias patagónicas. Las provincias se encuentran además analizando la posibilidad de ofrecer un seguro para los productores, que cubra los gastos médicos en caso de que algún cosechero contraiga el virus.
“El comportamiento individual en esto es clave. Las condiciones van a estar, el tema es el comportamiento que cada uno tenga”, aseguró Loyarte.
Quién también se prepara para una migración de trabajadores golondrina es San Juan que tiene la cosecha de uvas a la vuelta de la esquina. Durante los preparativos, el gobierno provincial firmó un convenio con el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE) para la implementación del Pase Sanitario Rural (PASAR), que garantizará la circulación los trabajadores entre las provincias y permitirá llevar un control sobre sus registros.
“Lo que buscamos es garantizar el traslado de todo los trabajadores, dándole la seguridad de que nos vamos a ocupar de que se cuiden, de que puedan ir a trabajar y volver a sus hogares. Esta es una herramienta que ojalá podamos replicar en otras provincias”, dijo José Voytenco, director del RENATRE.