En el corazón de la provincia de La Pampa, donde el horizonte se pierde en un mar de verdes y dorados, encontramos el epicentro de una historia productiva que combina tradición y modernidad.
Para desentrañar los secretos de este vasto paisaje agrícola y ganadero, Bichos de Campo hizo una parada en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Santa Rosa, donde conversamos con Héctor Lorda, un experto que conoce al detalle el mapa productivo de la región.
“Lo que ves aquí no es solo campo, es historia, es un tejido vivo que ha cambiado y se ha adaptado a lo largo de los años”, nos explica Lorda, mientras nos recibe en su oficina y no en la experimental de Anguil, de la cual es jefe de unidad.
Según Lorda, la provincia se divide en tres grandes áreas geográficas, cada una con su propio carácter. Al este, nos encontramos con la región pampeana, similar a los suelos cultivables del sur de Buenos Aires y Córdoba. Este territorio agrícola, que abarca alrededor de 3 millones de hectáreas, es conocido por su producción de granos y oleaginosas. La zona central está dominada por el monte de caldén, un pastizal semiárido que define el paisaje de la región. Este entorno se extiende hasta el sur de Buenos Aires y San Luis, presentando características de semiárido que dificultan la producción. Finalmente, al oeste, encontramos una zona árida que se asemeja al desierto, similar a los territorios áridos de Neuquén y Mendoza.
“En La Pampa, la ganadería tiene un peso significativo”, comenta Lorda. Con cerca de 3.800.000 cabezas de ganado, la provincia ostenta una proporción de cabezas por habitante impresionante, superando ampliamente el promedio nacional. Sin embargo, la imagen que muchos tienen de La Pampa como una tierra de pastizales y ganado está en evolución.
Aunque históricamente la ganadería de cría ha sido la base de la economía pampeana, desde los años 90, la agricultura ha ganado terreno y conviven sistemas mixtos, incluso con experiencias de ciclo ganadero completo.
Lorda nos explica que la agricultura y la ganadería coexisten en un sistema mixto, adaptado a los recursos naturales y climáticos particulares de la provincia. “No ha habido una agriculturización extrema como en otras regiones del país”, señala. En el este de La Pampa, donde el suelo es más adecuado para los cultivos, se han implementado sistemas mixtos que integran tanto la ganadería como la agricultura. Esta diversificación permite mantener un equilibrio productivo y ambiental.
Uno de los aspectos fascinantes de esta transición es la reconversión del ganado ovino en la región. A pesar de que La Pampa fue históricamente una tierra de ovejas, la ganadería bovina ha tomado el protagonismo. Sin embargo, en los últimos años, con el encarecimiento de la carne vacuna y la mejora en los precios de la carne ovina, esa especie ganadera está resurgiendo. Lorda destaca que el INTA está trabajando en el desarrollo de la raza ovina Pampinta en la zona, y de alguna forma reincorporar al ovino, ofreciendo una alternativa viable para los productores de la región.
“Estamos viendo un interés creciente en el ovino debido a su potencial productivo y financiero”, asegura Lorda. Sin embargo, también reconoce que esa cadena de valor enfrenta desafíos significativos, desde la informalidad en la comercialización hasta la falta de frigoríficos especializados. La mejora en estos aspectos podría abrir nuevas oportunidades para la carne ovina en mercados internacionales, como el árabe, donde el precio podría alcanzar niveles significativamente más altos que los actuales.
La Pampa es un mosaico productivo en constante evolución. Mientras la agricultura avanza y se adapta, la ganadería, en sus diversas formas, sigue siendo un componente crucial del paisaje. La provincia mantiene su identidad como tierra de campo, pero también abraza la modernidad y la innovación para enfrentar los desafíos del futuro.
Mirá la entrevista completa con Héctor Lorda:
-Tenés el mapa productivo de la provincia de La Pampa en la cabeza. ¿Cómo la describirías hoy en día?
-Yo soy de La Pampa. Nací acá y me formé acá. Tiene un peso ganadero muy importante, porque la provincia de La Pampa cuenta con 3,7 o 3,8 millones de cabezas. Hemos llegado a estar más cerca de los cuatro millones de cabezas, después por distintas razones de sequías, crisis y demás, estamos en ese valor.
-Estamos hablando de un porcentaje altísimo de cabezas por habitante…
-Nosotros en La Pampa somos 370 mil personas. Nos da una relación de 10 cabezas por cada habitante de la provincia. Estamos muy superiores nosotros en esa relación a nivel nacional, o sea relativamente la ganadería tiene un peso importante.
-¿La tradición y la postal es ganadería a pasto?
-Esa es la historia de La Pampa, esa es la carga histórica que tiene la provincia en ganadería. Entonces si bien tuvo un pasado tuvo un pasado donde la actividad ovina tuvo una preponderancia, nuestros abuelos, en la primera mitad del siglo 20, eso fue corriendo hacia la ganadería y actualmente el impulso de la agricultura desde los años 90. La conclusión que yo llego es que no ha corrido a la ganadería, no la ha arrinconado no ha habido una agriculturización extrema como tal vez ha habido en otras regiones del país, sino que acá en los lugares más agrícolas del este de La Pampa que yo describí se han transformado en sistemas mixtos, porque nosotros tenemos recursos naturales y climáticos que lo hacen bastante marginal respecto a la zona núcleo o al oeste de la provincia de Buenos Aires, en donde nosotros para cuidar nuestros recursos se han establecido sistemas mixtos que le dan cierta estabilidad productiva y ambiental a la provincia, pero también económica y financiera.
Es así como lo explica el Ing Lorda. Hasta que llegaron los maniseros y están rompiendo todo ese esquema y destruyendo los suelos.
Disculpe mi ignorancia…pero que son “los manseros” ?
La frase se refiere a la región Pampeana y no a la provincia específicamente
Un placer escuchar al Ing. Lorda. Describe muy bien nuestra realidad desde la mirada de un profesional que conoce muy bien nuestra provincia. Gracias.