Si algo se puede destacar de la gestión agropecuaria de Cambiemos es la recuperación de la estadística pública que permite conocer la realidad de cada sector. Contar con datos fiables facilita además que se cuestione o critique lo que hace el gobierno. Y en el caso de la lechería, según dicen los productores, lo que no se hizo.
Los datos que publica la Secretaria de Agroindustria indican que en febrero la producción de leche cayó nada menos que 19% respecto de enero pasado. Por otro lado, el volumen producido representa una reducción del 7,3% en relación a febrero de 2018. Tomando el primer bimestre, la caída es del 8,5% interanual.
Las inundaciones en la zona lechera de este verano más varios años de rentabilidad negativa ofrecen el marco para estos resultados.
La baja de la oferta de leche fue tan importante que obligó a la industria a pagar mejore precios por la materia prima. El aumento en los valores fue de 81% interanual y llevó el valor promedio del litro de leche a 10,45 pesos. Como la cotización del dólar se mantiene más o menos estable, el valor de la leche en esa divisa llegó a 0,27 dólares por litro.
Por primera vez en mucho tiempo el precio por litro a tranquera de tambo supera por poco los costos que la producción tuvo en enero en diferentes regiones, según el informe que publica el Observatorio de la Cadena Láctea. Ese ha sido el principal reclamo de los tamberos durante todo este gobierno y el anterior: tener un precio que le de rentabilidad al negocio.
Desde Carbap, la coordinadora de lechería discutió que este fuerte aumento sea suficiente. “No cubre los costos en marzo 2019, y no los cubre desde 2017. En enero 2019, para empatar la devaluación el productor tendría que haber cobrado 13,50 pesos. La producción viene bajando desde 2015, pero ya no por problemas climáticos. Por pura desidia nomás”, explicó.
Ver Miguel Paulón: “La producción de leche descendió más del 10% en el arranque del año”
Desde las entidades rurales, en función de ellos, se reclama con insistencia la institucionalización de un mercado que le de previsibilidad a la actividad, en el que haya algún tipo de contrato y no la simple entrega de un producto cuya calidad la define la industria, que también impone finalmente el precio y decide los plazo de pago. Pero desde el gobierno se promovieron fórmulas que no funcionan o lo hacen a cuentagotas: un “mercado lácteo” en Internet y un mercado de futuros para la leche.
Para entender la caída en la producción hay que recordar que durante en enero hubo lluvias abundantes que generaron inundaciones en el centro norte de Santa Fe y en algunas regiones de la cuenca lechera cordobesa. Como suele suceder en esos casos, cayó la disponibilidad de alimento y se redujeron los rendimientos de las vacas.
Pero además inciden los malos números que registra la actividad lechera desde los últimos años de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, que se profundizaron en la de Cambiemos. Los tamberos repiten que producen con costos en dólares y “entregan” a diario un producto que se paga en pesos, y que para colmo ese valor lo deciden los industriales sin que medie negociación alguna ni contrato que regule el intercambio. Por eso Eduardo García Maritano, de CRA y Carsfe, dice que se trata casi de una consignación y no de una operación de compra-venta.
Fernando Córdoba, de Meprolsafe, la mesa de productores de Santa fe, dice que la desinversión de los tambos ha sido muy grande estos años y se ilusionó con que “este veranito” de precios se extienda más allá de tres o cuatro meses. Escuchá lo que dijo:
La falta de rentabilidad llevó al continuo cierre de tambos. Según los datos que releva el Senasa en 2017 había 9.955 establecimientos productivos en los que se hacía lechería, pero en 2018 la cantidad se había reducido a 9.796 tambos. Esto indica una pérdida de 155 tambos en el año. O casi 1 cierre cada 2 días.
Ver En 2018 se produjo más leche, pero perdiendo plata y con mayor concentración
En un informe, el OCLA recordó que la producción total de leche alcanzó los 10.527 millones de litros en el año 2018, lo que representó un crecimiento del 4,2% respecto a 2017. Pero en el acumulado de los dos meses de este año el país arrastra una caída del 8,5% respecto a 2018.
“Habitualmente la producción alcanza su pico de mínima en el mes de abril, por lo cual el descenso continuará, siendo entonces factible que la disponibilidad de materia prima leche sea inferior al año anterior (entre un 6 a 8 % en el primero cuatrimestre), lo cual sumado a los bajos stocks y una mejora en el plano internacional (tipo de cambio y precios) redunde en una fuerte puja de la demanda por materia prima leche”, vaticinan los analistas del OCLA.
Y añade que según la proyección realizada por las empresas lácteas las caídas en la oferta “persistirían hasta mayo inclusive”. Recién a partir de junio “se prevén tasas positivas y, en general, crecientes hasta fin de año”.
“De cumplirse estas perspectivas, el primer semestre cerraría con una baja del 4% interanual, que se iría corrigiendo durante la segunda parte del año, previéndose un cierre con una producción acumulada en torno de +/- 1% respecto al año 2018”, se proyectó.