La sequía se va alejando, pero sigue generando impactos notables en la ganadería vacuna. El más evidente fue la salida anticipada de terneros y vacas de los campos, Ese proceso fue secundado por un incremento en el encierre de animales en los feedlots.
Los datos publicados por el Senasa indican que el ingreso de bovinos a los engordes intensivo es realmente alto, y que alcanzó a 1,8 millones de vacunos. El dato oficial es confirmado por los privados. La Cámara Argentina de Feedlot (CAF) difundió en su informe mensual que entre marzo y abril el encierre aumentó 10 puntos porcentuales.
A inicios de este mes el sector tenía nada menos que el 70% de la capacidad instalada ocupada. El ritmo de encierre es creciente, ya que por cada animal que se envía a la faena entran casi 2.
Hay que remontarse a la sequía de 2008/09 para encontrarse con niveles de encierres tan altos, aunque no se cuenta con estadísticas privadas sobre lo que sucedió en aquel momento, cuando el final la seca y las medidas de gobierno redujeron el rodeo en 15%.
Claramente este es el semestre del engorde a corral. El resultado económico les da positivo a las empresas del sector, al menos por segundo mes consecutivo. La cuenta indica que sin tomar en consideración el costo del dinero se ganan 20.000 pesos por animal, cuya facturación bruta al momento de la venta es de 170.000/190.000 pesos.
Al haber más ocupación se licuan costos fijos pero además hay rentabilidad porque la relación maíz-hacienda para faena es buena. El kilo de novillito ronda los 550 pesos (en el caso de los lotes de feedlot de mejor terminación) y el kilo de maíz se consigue a menos de 55 pesos, por lo que la relación es de 1 a 10.
A eso hay que agregar que en las dietas el cereal fue perdiendo participación en los últimos años, a costa de otros insumos más económicos. Se le fue encontrando la vuelta para abaratar el costo del kilo producido en los corrales.
La cuenta final se sabrá cuando toda la hacienda que está ahora en proceso de encierre salga al mercado. Ese es el gran itnerrogante, y no falta mucho, porque el destete se adelantó a inicios de febrero. Es decir que habrá una oferta alta desde fines de mayo.
Luego vendrá el famoso segundo semestre, que implica continuidad de la alta oferta y probabilidad también alta de un estancamiento de precios del ganado para la faena, que se combinará con una muy escasa oferta de terneros de invernada, lo que dispararía sus precios.
A eso hay que sumarle que habrá poco maíz y que además costará más. Si además se recomponen las lluvias y la base forrajera reaparecerán los recriadores pujando por hacienda y eso hará más complicado el panorama para los feedlots.
Mientras tanto, a afinar el lápiz porque el que no salga bien parado de este contexto se las verá negras luego.