Desde la mañana del lunes 16 de enero, hace exactamente diez días, la plana mayor de funcionarios de la Secretaría de Agricultura, pero también la del Ministerio de Trabajo, está en franca situación de “incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos”, pues están haciéndose los opas frente a la exigencia de reglas que ellos mismos fijaron para terminar con la media res como forma de comercialización de la carne vacuna en la Argentina.
El domingo 15 de enero, según la última prórroga decidida en noviembre pasado, entró en vigencia la Resolución Conjunta 4/2021 de los Ministerios de Trabajo y las ex Ministerios de Agricultura y Desarrollo Productivo, ahora concentrados en Economía. Esta norma establecía taxativamente: “Establécese que las salidas de carnes de los establecimientos de todo el país, destinadas a comercio minorista, sólo podrán hacerse en unidades resultantes del fraccionamiento de las medias reses en trozos cuyos pesos individuales no superarán los 32 kilos”.
Hoy nadie está controlando que esto suceda y efectivamente esto no sucede, lo que implica que los funcionarios están incurriendo en uno de los clásicos “incumplimientos” de sus funciones. Cualquiera que salga a las calles verá que el hombreo de la media res sigue siendo moneda corriente, que no hay controles de ningún tipo y mucho menos sanciones.
Lo peor de todo es que la mencionada Resolución Conjunta no se aplica “de palabra”, porque no ha habido ni una nueva prórroga para su vigencia ni una resolución nueva que reemplace lo que ya estaba decidido. Solo se realizó una reunión el lunes 16 por la tarde, entre funcionarios de Agricultura, de las provincias, y de la cartera de Trabajo, en el marco de una “mesa técnica” que tampoco tiene institucionalidad alguna, pues no ha sido creada formalmente ni normado sus integrantes o funcionamiento. De allí surgió simplemente un acuerdo que no quedó escrito en ningún lado.
Aunque las autoridades de la Secretaría de Agricultura han sido muy poco claros (mejor dicho, han sido deliberadamente confusos) respecto del pacto alcanzado con las Provincias (la mayoría de las cuales se había opuesto a la prohibición lisa y llana de la media res que imponía la Resolución 4), más o menos se sabía que el Estado nacional estaba trabajando en una nueva norma, que desistía del troceo obligatorio a la salida de todos los frigoríficos, y aceptaba el comercio de la media res siempre y cuando su movimiento se hiciera mediante medios mecánicos.
En la medida que pasen los días y no se publique la nueva resolución, los funcionarios capitaneados por el secretario Juan José Bahillo y los subsecretarios de Ganadería, José María “Cacho” Romero, y de Mercados Agropecuarios, Luciano Zarich, incurrirán en el “incumplimiento” de sus funciones. El sayo más grande le cabe sobre todo a éste último, que participó de todo el proceso que intentó imponer el cuarteado forzoso de la media res (en evidente sintonía con el Consorcio ABC de frigoríficos exportadores) y que también tuvo en sus manos los planes de la industria de la carne para adaptar sus instalaciones.
También las autoridades del Senada deberían dar explicaciones de por qué no se controla que sigan saliendo medias reses de los frigoríficos con tránsito federal. Y en el caso del Ministerio de Trabajo, el incumplimiento de funciones es más que evidente desde que en 2020 la superintendencia de riesgos del trabajo estableció que los trabajadores de la carne no podían cargar sobre sus hombros piezas mayores a 32 kilos de peso. Nunca se supo de ningún control laboral a las plantas de faena ni a los camiones de traslado.
¿Y por qué se demora la nueva resolución que debiera reemplazar la resolución Conjunta 4/2021? Buena pregunta: como hay tanto oscurantismo e intereses dando vueltas en torno al asunto, nadie lo puede responder con certeza.
Lo que se sospecha es que Zarich y el resto de funcionarios involucrados con el problema no querrían dar el brazo a torcer y están intentando que la nueva reglamentación sea sumamente restrictiva respecto de los medios mecánicos que podrían utilizarse para trasladar la media res, en el caso de los frigoríficos que quieran seguir trabajando de ese modo. Como pista
En rigor de verdad, los matarifes que más protestaron por esta imposición del cuarteado obligatorio, sospechan que en la nueva Resolución se quiere imponer un esquema tan restrictivo como el anterior, al punto de exigir que las medias reses deban ser descargadas en las carnicerías de barrio mediante un complejo sistema de rieles del cual casi ningún comercio minorista dispone, y mucho menos en las barriadas más pobres del conurbano. Por eso el sector propuso utilizar carretillas especiales, que por ahora han sido desestimadas por las autoridades.
“Para las medias reses bovinas, la normativa establece que sólo se podrán cargar o descargar desde el medio de transporte hasta el interior del establecimiento o viceversa, por medio del acople de la rielera del transporte con la rielera del establecimiento”, es la única pista que lanzó Agricultura al respecto en un comunicado. De ser así, queda claro que el cumplimiento de las normas sería imposible para muchos establecimientos.
Por otro lado, la Secretaría al mando de Bahillo había informado que “según lo acordado para el reemplazo de las Resoluciones 04/2022, 10/2022 y 91/2022 (las últimas dos son prórrogas de la primera), la Mesa Técnica Consultiva tiene la tarea de trabajar en un plan de implementación sistemático para readecuar a la industria frigorífica a la nueva normativa”, y que se espera “que la implementación total de la norma sea en forma sistemática y paulatina hasta lograr la transformación y modernización total del sistema de comercialización de carne acorde al siglo XXI”.
Todo muy lindo, pero mientras tanto los obreros de la carne siguen cargando pesadas medias reses sobre sus hombros y nadie controla nada. Y existe una norma que los funcionarios responsables no están cumpliendo.
Por supuesto que deberían tener aparejos y rieles para carga , descarga y todo traslado de una media res , eso pesa como 100 kgs. Es inhumano hacerle cargar eso a una persona. Me imagino cómo deben quedar sus espaldas.