El diario rosarino El Ciudadano, con la firma de Arlen Buchara, presenta los resultados de un operativo del Ministerio de Trabajo de Santa Fe en los 13 complejos portuarios y agroindustriales ubicados sobre el río Paraná, desde Timbúes hasta Arroyo Seco, y sobre 25 empresas contratistas que prestan servicios para esas grandes cerealeras.
Los resultados de este análisis fueron presentados por el ministro Julio Genesini, en una reunión tripartita con representantes sindicales y empresariales del sector aceitero. Hay que recordar que los últimos conflictos sindicales protagonizados por la CGT San Lorenzo exigían la equiparación de las condiciones laborales y salariales para los trabajadores de las empresas contratistas con las del sindicato de Aceiteros.
Las compañías fueron evaluadas entre febrero y mayo en base al volumen, la complejidad de las operaciones y los accidentes registrados. Según la información oficial, la mitad de los complejos portuarios agroindustriales del río Paraná fue sancionada por irregularidades en las condiciones de seguridad y salud laboral.
En efecto, el Ministerio de Trabajo provincial aplicó suspensiones en 6 de los 13 complejos que se extienden desde Timbúes hasta Arroyo Seco y en 12 de las 25 empresas contratistas que trabajan dentro de ellos. Después de las sanciones correspondientes, las suspensiones fueron levantadas.
Las 18 suspensiones por irregularidades en las condiciones de seguridad y salud laboral se debían a faltantes de protección, instalaciones deficientes y elementos en mal estado. También relevaron permisos de trabajo deficientes, falta de capacitación sobre los procedimientos establecidos y falta de control de cumplimiento en el campo.
El foco estuvo puesto en las firmas en las que las grandes cerealeras tercerizan los trabajos temporales y de mantenimiento y que son el blanco de mano de obra barata y joven. En diciembre y en febrero dos operarios murieron en cerealeras de Timbúes y General Lagos en accidentes laborales de este tipo, nos recuerda la crónica periodística.
El 14 de diciembre del año pasado, Gustavo López, un joven de 19 años, murió aplastado por un alud de soja mientras limpiaba una celda de acopio de la empresa agroexportadora china Cofco, en Timbúes. En el accidente otros dos trabajadores de 35 y 21 años lograron salvarse, aunque sufrieron politraumatismos.
El 6 de febrero, Lucas Coronel, de 21 años, falleció en un sanatorio de Rosario después de días de agonía por un accidente laboral. Días antes, el joven trabajador limpiaba el sector de manipuleo y secado de la cerealera Louis Dreyfus de General Lagos cuando cayó de cuatro metros de altura. Era empleado de la empresa contratista “Cooperativa Manos a la Obra Limitada” que realizaba tareas de limpieza en esa planta.