El gobierno de Javier Milei le modificó el nombre a un programa nacional de revalorización de los artesanos, que había nacido en tiempos del alfonsinismo como Mercado de Artesanías Tradicionales Argentinas (MATRA) y luego el kirchnerismo rebautizó como MATRIA, con obvias connotaciones político publicitarias. De hecho, MATRIA sonaba como femenino de Patria, en tiempos en que una de las consignas de ese movimiento político era “la Patria es el otro”.
Se discuten nombres. Nadie en el fondo discute sobre la situación de los artesanos, que son una de las expresiones históricas y culturales del sector agropecuario argentino, y también una de las alternativas para generar ingresos genuinos que puedan generar arraigo en el medio rural.
Lo cierto es que en la Resolución 251/2024 del Ministerio de Capital Humano, el secretario de Cultura de }signado pro Javier Milei, Leonardo Javier Cifelli, tomó la decisión de que este programa de estímulo a los artesanos pase a llamarse Mercado de Artesanías Argentinas.
En los considerandos de la norma se muestra las discusiones idiotas que llegamos a tener los argentinos en los sucesivos gobiernos y etapas históricas:
- La Resolución 558/85, en tiempos de Raúl Alfonsín crea el Mercado de Artesanías Tradicionales Argentinas (MATRA).
- El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, mediante la Resolución 1363/20, decidió cambiarsu nombre por el de Mercado Nacional de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (MATRIA), y a la par “se crea un Programa del mismo nombre que permite unificar las distintas iniciativas y actividades desde un enfoque orgánico y multifocal”.
- Ahora el gobierno libertario excluyó la marca MATRIA por la del Programa Mercado de Artesanías Argentinas. Así a secas, para que nadie sospeche de lazos con el comunismo apátrida. La Subsecretaría de Promoción Cultural deberá gestionar ese iniciativa y tendrá que dictar “las normas de carácter operativo y/o interpretativo que resulten necesarias para su implementación, con intervención de las áreas técnicas pertinentes”.
Queda claro que la decisión es política: MATRIA suena demasiado kirchnerista.
Dice Wikipedia sobre ese término: “Matria es un neologismo utilizado por escritoras como Isabel Allende para representar la reconstrucción del término patria, lógica que ya mencionaba Plutarco en la antigua Grecia,12 y que en el siglo XVII era referido en la lengua castellana por derivarse esta de la propia tierra”.
En el Centro Cultural Borges, el programa MATRIA dispone de un espacio de exhibición de las artesanías. La Tienda MATRIA tiene su correlato virtual en la plataforma www.mica.gob.ar a fin de facilitar el trato directo con artesanas y artesanos.
Peor nada convence a los partidarios de Milei. “Resulta conveniente identificar dicho Programa debido a la complejidad y amplitud del universo de las artesanías argentinas, resultando obsoleta la diferenciación y tipificación dada en su denominación y, por lo tanto, modificar el nombre”, dice la norma que excluye las palabras “tradicionales e innovadoras” que había incluido el anterior gobierno.
Por lo pronto, más allá del cambio de nombres, pocos sabes qué se hará con este Mercado de Artesanías, un programa “orientado a promocionar el arte indígena y el arte popular, desde su raíz tradicional hasta sus prácticas más innovadoras”, y que “se propone desde el mismo reconocer al artesano como trabajador de la cultura, agente cultural y productor de elementos de significación cultural, y reconocer el rol de la actividad artesanal en la economía de la cultura y el desarrollo productivo artesanal”.
Que el desarrollo de esta política pública permite fortalecer los espacios de circulación de la producción artesanal e impulsar el estímulo de la economía del sector; promover el desarrollo y la comercialización de las artesanías argentinas en el territorio nacional; abordar el acceso a la materia prima indispensable para la producción artesanal y promover la calidad y el origen de la artesanía argentina.