“Lo que quedó”. Así se refiere Juan Oller, dirigente de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén, a la fruta que se espera cosechar este veranos en la región del Alto Valle, principal zona productora de peras y manzanas del país, luego de una feroz helada tardía sucedida el 6 de octubre pasado.
“Todavía se está recolectando la información. Hasta fines de la semana pasada de los mil Renspa (registro sanitario de las explotaciones) había 670 con un promedio de daño del 70%, lo que va a significar una fuerte caída en la cosecha próxima. Todavía faltan evaluar los otros 330 pero suponemos que la situación es similar. Es desastre para la región” señaló.
Una crónica de La Mañana de Neuquén confirmó que esta helada tardía “quemó” la fruta en más de 1.000 chacras del Alto Valle y estimó que “el daño podría llegar a más del 70% de la fruticultura”.
La contingencia climática resultó ser un mazazo más para los sufridos productores de peras y manzanas de Río Negro y Neuquén, que ya vienen castigados hace años por la macroeconomía y otras complejidades.
La helada del 6 de octubre dejó fuertes daños en el sector. Oller dijo que de los tres mil productores que hay en la zona, cerca de 1.000 ubicados en la zona del Valle Medio y en la parte sur del Alto Valle fueron seriamente afectados.
Escuchá el testimonio de Juan Oller:
En este escenario, el dirigente aclaró que no se trata de un problema solamente productivo sino también social, ya que al no haber producción no habrá forma de darle empleo a los trabajadores temporarios que cada temporada absorbe la actividad en esa región.
“Hoy tenemos un problema que es que estamos entrando en la etapa de raleo y si bien los trabajadores son mayormente discontinuos, como con la poda y la cosecha, estas personas no tienen trabajo porque no está la fruta”, explicó.
Oller enumeró además qué gestiones están llevando a nivel provincial y qué medidas paliativas requieran también del Estado Nacional ante esta situación.
“Estamos muy complicados, el sábado tuvimos una reunión sectorial con CAFI (la cámara que reúne a los empacadores y a los grandes productores integrados) y los funcionarios de los gobiernos de Río Negro y Neuquén. Se planteó ese tema y también cómo hacer para que el productor no siga siendo agobiado por los impuestos”, indicó Oller a Bichos de Campo.
Por eso, con los datos que se están terminando de relevar, en estos días se va a pedir la declaración de la Emergencia Agropecuaria provincial, para luego reclamar la homologación a nivel nacional. A partir de allí se podrá ver con la AFIP cómo hacer para mantener al menos a los trabajadores permanentes.
La otra cuestión es la Ley de la Emergencia Económica, que viene eximiendo a los productores de pagar cargas patronales. “Se está pidiendo una prórroga por otro año más para que no haya intimaciones ni embargo de cuentas de los productores y así puedan intentar recomponerse”, explicó Oller.
Fotos: La Mañana de Neuquén