En julio hubo otro incremento en el precio de la leche que cobran los productores. La suba casi empata a la inflación, fue de 2,7% y el acumulado en los últimos 12 meses es de 75%.
El precio promedio informado por el Ministerio de Agricultura para el mes pasado se ubicó en 32,15 pesos por litro o su equivalente en dólares oficiales de 32 centavos. Ese valor recorta la distancia con los costos, que rondan los 34 pesos.
Los productores reconocen que están mejor que hace unos meses, cuando la suba del valor de los granos en el mercado mundial puso en jaque a la actividad. Esa tendencia alcista cedió e incluso dio paso a cierta baja en los precios, que en el mercado local fue más pronunciada por el impacto de los derechos de exportación, el desdoblamiento cambiario y además el acuerdo al interior de las cadenas del maíz y el trigo para evitar una intervención mayor del gobierno.
La suba del precio de la leche tiene que ver con la mejora en las exportaciones, que aumentaron 22% en el acumulado del primer semestre según informó el INDEC. Esa descompresión del mercado doméstico fue la que permitió sostener los valores en dólares e incrementarlos en pesos.
Pero en el horizonte del sector aparecen algunos nubarrones que preocupan. Los consultores señalan que por un lado se nota la pérdida en el poder de compra del consumo. Por otro lado los precios de la exportación rondan los 3.500 dólares o menos para la leche en polvo y con pocas perspectivas de mejora según explicaron en el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
Además, influye el retraso cambiario que reduce los ingresos por exportaciones que se ven castigados por los derechos de exportación. Y finalmente hay problemas logísticos para cumplir con los despachos ya que el mayor comercio global en el hemisferio norte reduce la disponibilidad de barcos y contenedores.
Entre los productores dicen que es momento de moverse con cautela. Saben que este año habrá al menos 2% más de leche, según diferentes estimaciones, y que pronto estaremos ingresando en los meses de pico de oferta, lo que podría atentar contra la continuidad de las subas a partir de septiembre u octubre. Pero al mismo ese escenario tiempo podría ayudar a una mayor facturación por el aumento del volumen.
Lo que más preocupa a los lecheros son los rumores de una devaluación de la moneda local, que muchos economistas prevén para después de las elecciones lo que le impulsaría los costos de la producción y afectaría su resultado económico.