A pesar de todas las dificultades económicas y logísticas generadas por el aislamiento social obligatorio, en 2020 el consumo de proteínas cárnicas en la Argentina se mantuvo prácticamente constante respecto de los valores registrados en 2019.
Si bien el consumo de carne bovina descendió levemente el año pasado, ese espacio fue ocupado por la carne aviar y porcina, cuyo consumo viene creciendo de manera paulatina en los últimos años.
El dato no es menor porque implica que los integrantes de las distintas cadenas cárnicas –productores, transportistas, industriales y canales comerciales– trabajaron, muchas veces en condiciones desafiantes, para poder abastecer a la población argentina de la principal fuente de proteínas.
Detrás del promedio se esconden diferentes situaciones que, en su momento, generaron grandes sobresaltos en los diferentes sectores. Por ejemplo, durante el primer mes del aislamiento, en marzo de 2020, el consumo interno de carne porcina se cayó a un mínimo de 12,7 kilos/habitante, en buena medida debido a una baja considerable de las compras de chacinados.
Pero en junio el consumo de carne porcina trepó a un máximo de 16,1 kilos/habitante, impulsado por el atractivo precio relativo que por entonces la carne de cerdo tenía con la bovina. Un auténtico “tobogán” de situaciones.
En abril, con el “auge gourmet” que muchas familias experimentaron a cocinar todos los días para reducir la angustia del encerramiento, el consumo de carne aviar alcanzó un récord de 49,8 kilos/habitante y estuvo a sólo tres kilogramos de igualar la marca de la tradicional carne vacuna (52,9 kilos/habitante).
En lo que respecta a los lácteos –otra fuente alternativa de proteínas– el consumo interno estimado en 2020 fue de 185,0 litros/habitante versus 182,3 litros en 2019.
Es importante recordar que tales logros se combinaron en casi todos los casos con un crecimiento de las exportaciones, algo que pudo lograrse porque las distintas cadenas cárnicas pudieron trabajar sin interferencias intervencionistas provenientes del gobierno nacional. Las mayores dificultades se presentaron en aquellas provincias que procedieron a cerrar sus fronteras para evitar el ingreso o egreso de hacienda o mercaderías.
Las exportaciones de cortes porcinos en 2020 fueron de 41.271 toneladas peso producto (un 61,4% más que en 2019), mientras que las ventas externas de lácteos sumaron 2810 millones de litros de leche (+31,7%) y las de carne vacuna de 900.699 toneladas (+6,4%). El único sector que no logró aumentar exportaciones fue el aviar con colocaciones el año pasado por 290.386 toneladas (-25% que en 2019). Pero, al sumar a todos los sectores, el balance final resulta más que superavitario.
En lo que respecta a la demanda interna, buena parte de la misma se pudo mantener gracias a las ayudas sociales estatales, dado que los mayores crecimientos de ventas se observaron en los productos más populares, mientras que aquellos más sofisticados no tuvieron un buen comportamiento.