Eduardo Meichtry, un ingeniero que nació en Entre Ríos pero desde hace mucho tiempo migró hacia Chaco para dedicarse a la producción de arroz, difundió en sus redes sociales unas llamativas fotos tomadas por un dron que muestran a un tractor que parece andar literalmente sobre el agua. La breve que acompaña esas fotos es breve y llama mucho más la atención: “Se va el pacú y llega la siembra del arroz pregerminado”, escribió Eduardo.
https://twitter.com/EduardoMeichtry/status/1506441064898600979?s=20&t=Enu6Rw4F3o33Yk0NcZApqw
La incógnita comienza a develarse cuando sabemos que Eduardo es uno de los líderes de un proyecto productivo de vanguardia, que consiste justamente en combinar, en rotaciones que se extienden por dos años, el cultivo de arroz con la cría de pacú en cautiverio. El establecimiento que produce el llamado Pacú arrocero Teko está ubicado cerca de los márgenes del río Paraguay, en la localidad chaqueña de La Leonesa. Allí se producía arroz desde hace más de 30 años por métodos tradicionales, pero a partir de 2010 se decidió comenzar a ensayar además con la cría de esta especie ictícola característica de la región.
Lo que Eduardo estaba mostrando con estas fotografías tomadas el 22 de marzo es que estábamos en el momento del año en que se procedió a la recolección de los peces que habían sido engordados en ese estanque a lo largo de un año y medio, y que ahora llegaba el momento de sembrar el arroz que da continuidad al ciclo productivo. Saber eso, de todos modos, no explica por qué el tractor parece estar surcando las aguas.
En realidad, explicó el ingeniero a Bichos de Campo, el equipo está circulando sobre el fango que queda en el lote luego del engorde del pacú y una vez finalizada la pesca de los ejemplares que engordaron en dicho estanque. El agua llega a tener 1,30 metros de altura, pero luego se desagota. La que se ve sobre ese barro es una lámina de 2 a 3 centímetros.
¿Y qué está haciendo el tractor sobre ese barrial? Pues está sembrando el arroz, ya que el equipo llevad detrás un esparcidor semejante al que se utiliza para fertilizar. “Está sembrando al vuelo. La semilla brotada cae en el barro con agua y en 4 o 5 días se ven las plantas empezando a nacer”, relató el incansable ingeniero, que ha recibido varios premios y distinciones por este emprendimiento.
Lo más remarcable de este sistema de siembra de arroz luego de la cosecha de los peces es que no se utiliza ningún tipo de labranza y mucho menos se aplican agroquímicos o fertilizantes. “El lote queda fertilizado por los desechos del pacú y las malezas están dormidas por anoxia (les falta el oxígeno) y no pueden germinar”, explicó Meichtry.
El arroz estará listo para la cosecha al cabo de unos seis meses, y luego recomenzará el ciclo del pacú, para lo cual el estanque volverá a llenarse con aguas tomadas por bombeo desde el río Paraguay, que luego se devolverán al cauce, y así sucesivamente. Por ahora, se ven las plantitas que comienzan a emerger.
Con este singular esquema de rotación la empresa Teko, según cuenta su web institucional, logra producir unas 7 toneladas por hectárea de carne de pacú y otras 3 toneladas de arroz, en un periodo de dos años.