La escasez de oferta vacuna se expresa en los precios firmes de la hacienda ante una demanda que, pase lo que pase, sigue buscando carne.
En febrero pasado, según datos preliminares del Senasa, se enviaron a faena 1,018 millones de bovinos, un 3% más que en igual mes del año pasado y un volumen similar al de enero de este año.
La hacienda liviana significó el 50% de la oferta, es decir, unos 520.000 vacunos, buena parte de la cual corresponde a hacienda que sale de feedlots. En tanto, los novillos aportaron 200.000 vacunos.
El mes pasado las hembras representaron el 45,8% del total de la faena, lo indica que, a pesar de todos los problemas climáticos que afectaron de diferente manera a las distintas regiones ganaderas, los productores se las rebuscaron para no liquidar sus rodeos de cría.
La escasa disponibilidad de machos –un factor estructural generado por la intervención del mercado realizado en la primera década de este siglo– junto con recrías más extensas y un proceso de retención de vientres, promueven una restricción de oferta que colisiona con una demanda siempre ávida de carne vacuna, un alimentos que, en cualquier estrato social, no puede faltar en la mesa de los argentinos por factores culturales.
Esta oferta moderada de hacienda se expresa en el Mercado de Liniers, donde los ingresos diarios no superan los 7000 vacunos. Tomando como referencia los valores negociados en esa plaza de esta primera semana de marzo versus la de los primeros días de enero, las categorías novillo, novillito y vaquillona aumentaron entre 20% y 22% en términos nominales, mientras que las vacas ajustaron un 10%.
Se trata de subas superiores a las que tuvo la carne vacuna en los mercados mayoristas y minoristas, lo que indica que los valores de la carne en el mercado interno pueden estar conteniendo una potencial suba que por el momento no pudo expresarse en su totalidad (probablemente por falta de poder adquisitivo de la población).
En lo que respecta a la vaca, que se destina en su mayor parte al mercado chino, a pesar del “cepo sanitario” vigente –que limita la disponibilidad de esa mercadería–, las restricciones para exportar implementadas por el gobierno nacional contribuyen a mantener más planchados los precios de esa categoría.