La familia Cardinali vive en Villa Dolores, Traslasierra, y posee un emprendimiento familiar de producción de papa convencional, bajo la marca “La Cerrillense”. El campo está ubicado a 30 kilómetros de la ciudad.
Mauricio Cardinali y Erica Ryder tienen 3 hijos: Chiara (21, en la foto), Bautista (17) y Lucio (13). El abuelo de Mauricio fue quien llegó a esa región con su hijo, que tenía apenas 4 años de edad, y fundó la empresa agropecuaria. El padre de Mauricio, aquel niño de 4, tiene ahora 76 de edad y sigue trabajando.
Erica es trabajadora social y acumula en su haber una trayectoria de participación y gestión en proyectos comunitarios en el valle, con un fuerte compromiso ecológico, luchando para que el agua fuera y sea considerada un bien social, ya que al río Los Sauces lo habían convertido en un basural. Consiguieron máquinas para limpiarlo y organizaron una campaña contra el dengue. Actualmente está abocada a un proyecto de poner árboles nativos.
Bautista, el hijo del medio, ya sabe preparar la tierra, sembrar y cosechar. Chiara, la mayor, estudia Comunicación digital y ya está trabajando en la comercialización de unas papas especiales. Es muy lindo ver a toda la familia cosechando, unidos y persiguiendo un mismo sueño.
Pero a la larga historia de este emprendimiento se le sumó, cierto día, un personaje que lo haría virar su producción hacia otro rumbo: la agroecología. Se trata del ingeniero agrónomo, César Gramaglia, técnico extensionista del INTA Villa Dolores, que lleva 15 años apoyando a los productores de Traslasierra.
Gramaglia le propuso a Mauricio Cardinali destinar alguna parte de sus tierras a hacer ensayos de cultivos agroecológicos en la papa, con el objetivo de demostrar que éstos pueden rendir lo mismo o más que los cultivos convencionales.
El ingeniero aclara que no es experto en papas, como lo son muchos de sus compañeros del INTA Balcarce. Pero César sí se había especializado en agroecología mediante un curso en el que también se capacitó en agricultura biológico-dinámica y permacultura. En 2015 hizo un posgrado en Agroecología, de la Universidad de La Matanza. Y actualmente integra el equipo académico que creó -el 27 de mayo de 2021- un posgrado en la Universidad de los Comechingones, en Merlo, San Luis, con el título de Diplomatura en Agroecología con énfasis para zonas áridas y semiáridas. De modo que César promueve la producción agroecológica en las diversas producciones del valle.
Mauricio aceptó con beneplácito la propuesta de César y destinó un cuarto de hectárea de su campo para el cultivo de la papa agroecológica. En esa zona productiva, la papa se siembra y cosecha dos veces por año, con una siembra temprana entre julio y agosto, para cosechar en noviembre/diciembre; y una siembra tardía, entre febrero/marzo, para cosechar en junio/julio.
Comenzaron con esta experiencia en 2019. En la primera campaña cosecharon unas 300 bolsas de 20 kilogramos. Ya en la segunda, sembraron sobre 5 hectáreas, en forma “normal y no tupida” –destaca Chiara- y cosecharon unas 1000 bolsas por hectárea. Llevan tres campañas realizadas, y en la última sembraron en forma más tupida sobre la misma superficie de 5 hectáreas, y cosecharon más de 1500 bolsas por hectárea.
El resultado fue contundente: lograron cosechar el mismo promedio que el de la papa convencional, unas 35 toneladas por hectárea. Fue tan sorprendente para los Cardinali, que decidieron donar las ganancias de esa producción agroecológica a la Agencia de Experimentación Agropecuaria de Villa Dolores, dependiente de INTA Manfredi, para que invirtieran en instrumentos de laboratorio, necesarios para el análisis de suelos, de alimentos y de bioinsumos, a fin de ir mejorando los servicios a toda la comunidad.
Hoy ya destinan 12 hectáreas a la producción de papa agroecológica. Un detalle es que la cosecha temprana se hace cuando llega el régimen de lluvias y la papa debe levantarse antes de que se pudra bajo tierra. Pero en la cosecha tardía, que ocurre entre junio y julio, el clima frío y seco hace que la papa pueda conservarse bajo tierra.
Una semana previa a la tercera cosecha, César realizó una jornada de demostración del novedoso manejo. Porque parece que fue el primer ensayo de papa agroecológica realizado en el país, consagrándose pionero en el rubro papero. Mostraron que habían cosechado 10 metros lineales y habían estudiado el rendimiento por hectárea. Causó tal aceptación entre los asistentes que no solo Cardinali seguirá aumentando su área sembrada, sino que los huerteros del cordón frutihortícola de Villa Dolores comenzaron a destinar una parte de sus tierras al cultivo agroecológico del tubérculo.
César está asesorando tanto a cultivos hortícolas de tomate, lechuga, pimiento, poroto y demás, como a frutícolas de nogales, olivares, viñedos, etc., y a ganaderos, sobre todo a la capricultura, entre ellos, al establecimiento La Colorada, del cual ya hicimos nota en Bichos de Campo.
Además, en los CENMAs (Centros Educativos de Nivel Medio para Adultos) se organizó un curso virtual de agroecología a través de audios que produjo César, y que se transmitieron por Whatsapp durante la pandemia. Es interesante notar que esos adultos estudiantes, en su mayoría, son trabajadores de la papa convencional en la zona, de modo que conocen bien su manejo. Al volver a sus trabajos comenzaron a expandir esos saberes y a cuestionar lo que se daba por hecho y normal, en el manejo de la tierra.
César sostiene que está comenzando a demostrar que es un mito que no se pueda producir alimentos sin el “paquete convencional de agroquímicos” en la agricultura extensiva. Agrega que están logrando similares márgenes brutos, derribando el mito de que la agroecología es menos rentable.
“Los costos de siembra y de cosecha son menores y no requiere más esfuerzo ni gasto de mano de obra –dice- y ni hablar de los costos indirectos por ahorrar daños al medio ambiente”. Y agrega: “Todos tenemos el derecho constitucional de acceder a alimentos sanos”. También apunta que se están realizando experiencias para desarrollar a nivel local, sistemas alternativos, participativos, de garantía, con comisiones fiscalizadoras para remplazar a las costosas certificaciones orgánicas oficiales.
Para reemplazar insumos externos, César elabora biofertilizante orgánico con mantillo que levanta del monte nativo junto a Chiara y su novio, al que le agregan granos de cereales o afrechillos de cereales (el afrechillo es un subproducto de la industria harinera). Lo aplican todas las semanas sobre los cultivos de papa agroecológica.
Los Cardinali aún están lejos de que toda su producción sea agroecológica, pero ese es su sueño, según aventura Chiara, que cuenta que en el año 2001 su familia alquiló el puesto 9 de la Nave 8 del Mercado Central de Buenos Aires para vender su papa tradicional.
En los camiones que llevan la papa convencional ahora destinan un poco de lugar para ir trasladando la agroecológica. Las envasan en bolsas de papel bajo la marca “La Cerrillense agroecológicas”, a diferencia de las comunes, que van en bolsas de nylon. Hoy también la venden en el puesto 33 de la Feria El Reloj, en el mismo mercado.
“El valle de Traslasierra ha sido cuna de grandes cambios sociales -asegura Erica, la mamá de Chiara- y se asombra del boom agroecológico en el valle, de la mano de César. “Hoy tenemos que buscar nuevos caminos para dejar una huella concreta a las generaciones venideras, lo que también implica recuperar antiguos saberes”, remata.
Chiara, para despedirse, nos obsequió la canción La Vuelta Larga (Pata Pata), de y por el chuncano José Luis Aguirre, que ya es el himno de los “chuncanos”.
Excelentes notas. Un poco mas de orientación de distribución de productos en mercados y el entusiasmo es tal, que Córdoba liderará al mundo el mercado y producción agroecologia. Por ahí exagero, pero tenemos tierra, corazón y cabeza. Sigan en esta senda. Felicitaciones
Que MARAVILLA PAPAS AGROECOLOGICAS .VAMOS POR MASSSS
Cesar Gramaglia un gran profesional comprometido con la tierra y su cuidado!! La gran pachamama agradecida
Excelente.! Pero desinformados.. en los 2000 a 2004 sembramos papas de 3 variedades y papines batatas zaoallo anco melón orgánico certificado. En nuestra finca de Mendoza. Y de 2005 a 2009 dejamos de verificar ( por cuestiones económicas no lo pudimos sostener) . Desde 2017 producimos papa batatas y ancos orgánicos certificados en Brandsen pcia de buenos aires (contamos con casi 7 has.) . Con rindes variables según variedad clima y terreno pero que igualan o superan al convencional. Todo se puede. Solo hay que entender el entorno ( cambiante) y mirarlo como un todo.