En agosto pasado, los ganaderos pidieron al Senasa autorización para enviar a faena 1,22 millones de vacunos. Esto contabilizando los DTE (documento de tránsito electrónico) pedidos hasta el sábado 30. Esta es la hacienda que terminará registrándose como faena de septiembre.
La cantidad de ganado enviado a las plantas frigoríficas en agosto fue de apenas 30.000 cabezas menos al dato de julio y, es a su vez, se trató del segundo más alto del año.
La faena en agosto se sostuvo por la aparición de novillos cuyas recrías y terminaciones a corral se atrasaron por la sequía. También por la mayor oferta de ganado procedente de los feedlots.
El mes pasado se enviaron a faena 301.500 novillos, casi el mismo volumen que en julio. En esos dos meses se dieron las faenas más altas de esta categoría vacuna. También se faenaron más novillitos y las vaquillonas que se engordan en los feedlot sin tanto proceso de recría, Los novillitos sumaron 278.400 cabezas y las vaquillonas 306.150.
Desde el mes pasado comenzaron a aumentar de forma significativa los ofrecimientos de estas dos categorías y se espera que haya una oferta alta de ambas al menos hasta octubre/noviembre. También en estos dos casos los envíos a faena fueron los más altos del año junto con los registros del mes previo.
El empate también se dio en categorías menos significativas como terneros, toros y machos sin castrar.
Donde hubo modificaciones fue en vacas. El total ascendió a 248.300 cabezas. En términos porcentuales la baja fue de 12% y en términos absolutos de 34.000 cabezas, lo que explica la caída intermensual.
Hay que remontarse a marzo de este año, cuando recién comenzaban a hacerse los tactos de las vacas y a decidir el descarte en los rodeos de cría, para encontrar un registro más bajo.
Estas menor oferta de vacas se produjo justo en el mes en el que comenzó a regir la decisión oficial de la eliminación de los derechos de exportación para la carne obtenida del procesamiento de esta categoría. La medida además se tradujo en mejores precios de forma inmediata. Para algunos frigoríficos esos cambios significaron una mejora en la competitividad del negocio, ayudada por los mejores precios que paga China, pero para otros es un lastre, porque se prefiere operar a pérdida antes que frenar la actividad industrial.
Este nivel de faena debería significa una producción de carne similar a la de julio pasado, que fue de 230.000 toneladas res con hueso. Si bien hay más hacienda liviana, también hay menos vacas que pesan más pero de las que se obtiene menos carne en el gancho.
Resulta difícil estimar el nivel de consumo interno porque al decir de los empresarios el mes pasado “se exportó bien, con fluidez”, gracias a las medidas oficiales, por lo que se habría cortado la tendencia a la baja en los volúmenes embarcado, pero todavía no hay precisiones al respecto.
Lo que queda claro es que en los primeros ocho meses del año la faena de vacas sumó 1,9 millones de animales, 9% menos que el año pasado, mientras que la faena total alcanzó a 9 millones de cabezas. Esto permite estimar que al cierre de 2024 se alcanzarían las 13 millones de cabezas y que con un kilaje medio de 228 kilos se producirían 3 millones de toneladas, 300 mil menos que el año pasado.