La faena vacuna de 2023 fue de 14,5 millones de animales lo que significó un récord en muchos años. Sólo en la seca de 2008/09, cuando además el gobierno kirchnerista impedía exportaciones, controlaba precios y desmoronaba las perspectivas del negocio, se había faenado más que el año pasado.
Gran parte de esa faena tuvo que ver con el aporte que hicieron las categorías de vacas y vaquillonas. Las famosas hembras, que son las garantes de la salud del rodeo bovino, pues como vulgarmente se dice para explicar su importancia son las “fábricas de terneros”
El consultor Andrés Costamagna indicó que “la faena de vacas creció 24% y la de vaquillonas casi 9%. Sería la segunda faena más alta de vacas para un año, con excepción de 2009. El efecto de la seca sobre los criadores fue absoluto y significó un proceso de liquidación”.
Además destacó que en términos nominales la caída fue de 800.000 vacas del stock, que se calcula en unos 20 millones de bovinos en esa categoría.
Respecto de la posibilidad de reponer lo perdido, el consultor dijo: “Hay que ver cómo quedó su economía, si el productor pudo retener el dinero de las vacas vendidas y tiene pasto, eso impulsará la tendencia a retener terneras propias para reponer vientres”.
En tal sentido, consideró que debería haber algo más de presión sobre los vientres preñados y esto debería cambiar “el escenario que se vio muchas veces este año en el cual convino vender para faena antes que a otro criador”.
Esta alta faena de vacas debería impactar en la producción de terneros, pero el analista consideró que no se vería tan afectado el índice de preñez, tal como pronostican otros analistas y operadores del sector.
“Entramos al 2023 con más terneros, pero vamos a entorar menos para 2025. Se verá si esos vientres más jóvenes alcancen a sostener la productividad el año que viene, pero en la zafra de 2024 no creo que se reduzca la producción porque las vacas que se enviaron a faena fueron mayormente improductivas y además los productores mejoraron el manejo del rodeo”, dijo Costamagna.
Luego agregó que la relación ternero/vaca que veía creciendo, y que llegó a cerca de 68%, se sostendría y hasta podría mejorar. Costamagna calcula que la producción de ternero habría llegado a 14,5/15 millones lo que daría un destete alto para los promedios históricos.
Lo que podría caer es la oferta de terneros en la zafra. “Habrá más tensión comercial, los criadores buscarán retener hembras para reponer madres”, y por lo tanto estos provocará que “elijan mejor el momento de venta de los machos y que haya intenciones de recría lo que elevará luego el stock de novillitos”.
De darse esta situación, los criadores se verían beneficiados ya que tendrían más demanda por las vaquillonas preñadas y vacas, los terneros elevarían sus precios desde niveles en dólares altos actualmente y también habría buena demanda exportadora por las vacas para la faena.