La faena vacuna sigue en niveles altos y en particular la de hembras, que representó en el arranque del año nada menos que el 47% del total.
En el primer trimestre la faena total fue de 3,27 millones de animales, el mayor volumen para ese período luego del alcanzado en 2023 y en 2009-2010, años de fuerte liquidación del rodeo y sobre todo de vientres, que son clave en la oferta posterior de ganado y de carne.
“Contrariamente a lo que muchos esperaban, incluso nosotros, todavía no se ven señales de retención de vientres”, dijo a Bichos de Campo María Julia Aiassa, analista del Rosgan.
Esta falta de interés por la retención tiene varios motivos.
Por un lado los productores están iniciando los tactos y descartando los animales improductivos, proceso que durará hasta fines el otoño al menos.
Y por lo que se observa en la faena y en el mercado, no hay demasiadas contemplaciones: vientre usado que no quedó preñado va a la faena, lo que alimenta la alta oferta de vacas y los bajos precios, también condicionados por la falta de respuesta del mercado chino y la poca competitividad exportadora.
Por otra parte, hay un reflejo del casi nulo interés por la retención en el estancamiento de los valores de los vientres con garantía de preñez, que se pagan en promedio 750.000 pesos.
De acuerdo con Aiassa, hay otros factores que son clave en esta situación y tienen que ver con la cuestión comercial y la pérdida de rentabilidad que viene sufriendo la cría, que por suerte parte de niveles buenos en los últimos meses.
Según un informe de la Secretaria de Bioeconomía publicado en marzo, pero con datos de febrero, la renta de la cría había aumentado 20% interanual, aunque eso se fue erosionando de la mano de una inflación que no cede y de problemas con la venta de ganado para la faena.
“El criador necesita hacer caja y por eso vende vientres”, sostuvo la analista del Rosgan. Entre la suba de costos, como por caso el de los combustibles, el estancamiento de los precios de las vacas y ahora también de los terneros de cría, la urgencia financiera se impone.
La expectativa está puesta en los próximos meses. Seguramente, una vez pasados los tactos, haya algún tipo de reacción y más interés en la reposición. Algo se hará con terneras de propia producción y un poco con la compra de genética de mejor calidad, para eso se esperan señales: falta financiación y certezas respecto de variables macro como la unificación cambiaria, la inflación y la competitividad exportadora.
El buen momento de los feedlots asegura una oferta de carne suficiente como para pasar el invierno