El concepto con que nació Sembrá Evolución es claro: si sos productor agrícola y querés acceder a la última tecnología, tenés que suscribir un contrato especial con una organización privada que ya agrupa a 17 empresas semilleras, y que debió pensar en algo así porque el Estado no les aseguraba un marco legal que les permita recuperar la inversión en ese tipo de desarrollos, que son costosos y llevan tiempo.
El mercado informal de semillas domina la escena especialmente en dos de los cultivos esenciales de la Argentina, la soja y el trigo, que son especies autógamas y por lo tanto fáciles de multiplicar. Para tratar de ordenar eso, esta organización se puso firme a partir de 2022, estableciendo que los nuevos lanzamientos (especialmente se sintió con las nuevas sojas transgénicas Enlist y Conkesta) se comercializarían al sistema SE. Así, mediante un pago de la tecnología por hectárea, enganchan al productor y se aseguran las regalías correspondientes.
En el congreso de Aapresid en Buenos Aires, este jueves, Sembrá Evolución anunció su propia evolución luego de tres años de trabajo: han incorporado otros dos cultivos al universo de semillas protegidas por el sistema privado. Son el algodón, que en la Argentina cuenta con un único semillero habilitadio, que se llama Gensus, se ubica en el Chaco y trabaja mucho con las nuevas variedades lanzadas por el INTA. También la cebada cervecera, cuya genética en semillas viene 100% del exterior y las maneja la sección semillera de la Cervecería y Maltería Quilmes.
En una reunión con la prensa, el representante de la semillera GDM en ese ámbito, Patricio Munilla, además expuso lo positivos avances en la cantidad de semilla certificada de soja en la campaña 2024/25, que muestran una creciente adopción por parte de los productores. Unas 3,8 millones de hectáreas de la oleaginosa fueron, sobre un total de 17 millones, sembradas con semillas incluidas bajo el paraguas de SE. Esto involucró a unos 20.000 productores que aceptaron pagar regalías de esa manera, firmando un contrato que solo han cuestionado -por algunos aspectos considerados “abusivos”- solo un pequeño puñado de productores.
“Todo este sistema responde a una consigna, que es ver cómo le hacemos más rentable y simple el negocio al productor”, enfatizó Munilla, que también contó que cuando él comenzó a trabajar en la vieja Don Mario en 2019, solo escuchaba hablar de la necesidad de contar con una nueva ley de semillas que protegiera los derechos de los obtentores de nuevas tecnologías. Eso sucedió hasta 2022, cuando las empresas semilleras pensaron sus propio sistema, que sigue sumando adhesiones y muestra números en crecimiento.
“Sembrá Evolución podrá tener sus detractores y los entiendo. Nuestro trabajo será convencerlos de que deben vernos como una oportunidad”, destacó Munilla, convencido de que a cuatro años de aquel lanzamiento el régimen privado mostró ser una herramienta adecuada para incentivar la investigación en nuevas tecnologías en semillas, que saquen a la Argentina del marasmo en que se encuentrq desde hace años en materia de rendimientos agrícolas.
Tanto Alejandro Fried, representante del semillero de algodón Quilmes, como Juan Francisco Guiroy, responsable del sector semillero en Quilmes, mostraron su confianza en que esos dos cultivos también podrán expandir su oferta tecnológica a partir de su adhesión a SE, que apunta a que las nuevas tecnologías cobren bajo este sistema de regalías anticipadas. Munilla, por su lado, dijo que la convocatoria está abierta a nuevos cultivos autógamos, como la arveja y la cebada forrajera.