La empresa Lácteos Silvia pasó del anuncio de una gran inversión para producir más a un nuevo acampe intimidante del gremio Atilra

De forma repentina y sin motivo aparente alguno, este miércoles comenzó por segunda vez en cuatro meses un nuevo acampe de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) frente a la planta de Lácteos Silvia ubicada en la localidad bonaerense de San Sebastián.

La empresa, que hace dos semanas inauguró en Suipacha la ampliación de su otra planta y la instalación de una línea de producción de leche larga vida UHT en sachet, vuelve a padecer el embate sindical, a pesar de no tener -según dicen sus dueños- incumplimiento alguno en el pago de salarios, aportes, ni registrándose la vulneración de ninguno de los derechos de los trabajadores.

Una linda historia en la lechería: En Suipacha, Lácteos Silvia progresa con una nueva línea de producción de la novedosa leche larga vida en sachet

En concreto, la motivación de todo esto estuvo dada en que luego de aquel conflicto generado para exigir el cambio de la filiación gremial de una empleada de limpieza. Hace unos meses, Cristian Fenoglio, como secretario General de la Seccional Chivilcoy de Atilra, había ingresado a la planta y motivó la paralización de la empresa.

Ahora el dirigente quiere volver a ingresar a la empresa, por sobre lo que dispone la Ley y vulnerando la representación de los delegados. Pero según las denuncias de la pyme láctea está impidiendo el normal funcionamiento de las plantas, el cumplimiento de los turnos laborales y afectando la liquidación de los salarios de sus propios representados.

Sin apoyo de los trabajadores, a pesar de intentar que acaten un paro de 24 a 48 horas, con dos carpas que tienen un cartel que indican “Esto no es bloqueo”, frente a las instalaciones de Suipacha y San Sebastián, se promueve una presión infundada a los trabajadores y a la familia titular de la empresa.

Fenoglio explicó hace unos días en una nota colocada en el panel interno de comunicación de la empresa que “en reiteradas oportunidades hemos intentado firmar un acuerdo con la empresa. Tras la buena voluntad de nuestra seccional y habiendo agotado todas las instancias posibles, al día de la fecha, tras cuatro meses, no tenemos respuesta respecto a la firma del mismo, no demostrando la empresa buena fe de su parte. Por lo tanto, nos encontramos en estado de alerta y movilización”.

Desde el punto de vista empresario, en cambio, no existe gestión de tal acuerdo, aunque sí se sostiene un espacio de diálogo con la representación legal de la empresa y claramente no hay más motivación que impedir el normal funcionamiento de una pyme que acaba de generar nuevos puestos de trabajo, con capacitación y de alta calificación.

Sin dejar de lado que en los próximos meses hay elecciones en Atilra, a nivel nacional y por seccionales, con lo cual algunos dirigentes necesita visibilidad con la intención de renovar sus cargos, este conflicto generado por la Seccional Chivilcoy determinó una denuncia formal ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, así también con el debido trámite en la Justicia Penal.

¿Otra vez un bloqueo? En la planta de Lácteos Silvia, en Suipacha, “parece que hasta las moscas tienen que ser de Atilra”, se queja la dueña de la empresa frente al hostigamiento gremial

Fuentes de la empresa consideraron que esta suerte de acampe sindical es “un ataque concreto para intimidar, amedrentar, hostigar y seguir atracando a una familia que solo se dedica a trabajar, queriendo mansillar nuestro buen nombre y honor. Un representante gremial no debería atacar las fuentes de trabajo, sino defenderlas, sobre todo en una empresa que ha llevado muchos años desarrollar”, opinaron.

El paro de los empleados de ambas plantas no puede activarse porque son los propios trabajadores los que han alertado sobre la situación y al parecer no acompañan las motivaciones del secretario general de Atilra en Chivilcoy, quien “está abusando de su poder sindical para hacernos daño a todos en forma deliberada y esto no es más que asedio y extorsión”, según explican las fuentes.

Cabe recordar que actualmente está vigente el DNU dictado por el gobierno nacional donde se detalla que los bloqueos son causal de despido directo en las empresas y es por eso que el gremio no impide de forma explícita el ingreso de trabajadores a sus turnos laborales, ni de insumos o servicios. De todos modos, queda a la vista la intención de deteriorar el funcionamiento de ambas plantas, al no poder concretarse el paro promovido.