El jueves Bichos de Campo contó que los productores de peras y manzanas del Alto Valle están en vilo. Pero no solo ellos: La exportación de limones argentinos también está en jaque a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania. El conflicto armado ya trajo consigo medidas económicas y financieras globales que afectan al comercio mundial de diferentes productos.
En 15 días comienza el fuerte de los despachos de esta campaña. El primer cliente al que se venden los cítricos y uno de los más importante es Rusia, pero por el conflicto con su vecino Ucrania hay fuerte temor en el sector ya que ven peligrar las exportaciones.
En el caso de los cítricos el año pasado “se exportaron más de 400 mil toneladas de citrus, dos tercios fueron limones, el resto cítricos dulces”.
De ese volumen global, “Rusia tiene una significación importante para el sector. Junto con Ucrania sumaron 50.000 mil toneladas en el promedio de los últimos 8 años”, explicó José Carbonell, titular de Federcitrus, quien destalló que de ese volumen 40.000 toneladas al año fueron a Rusia y las restantes 10.000 toneladas a Ucrania.
“Todos queremos exportar a Rusia, pero también todos queremos cobrar”, dijo Carbonell. Agregó que el gran problema es el bloqueo financiero que se impuso desde occidente como sanción a la nación agresora, y que complica la transferencia de las divisas. Hasta ahora sólo se concretó un negocio por 6 contenedores, pero se viene la temporada más importante en breve.
El referente citrícola dijo que además del problema comercial hay otro logístico, ya que las exportaciones de frutas se hacen en barcos rusos en los que van otro tipo de productos también. Esos buques hacen escala en los puertos del norte de Europa, como Rotterdam, Dansk o Amberes, pero por el bloqueo sólo podrán recalar este año en San Petesburgo.
En este contexto, lo que están buscando los citricultores locales es mejorar las condiciones comerciales con los demás clientes. “Queremos que a través de acuerdos previos se pueda garantizar el ingreso en los momentos adecuados. Por ejemplo aspiramos volver a España, con un acuerdo estricto de fecha de ingreso y salida y volúmenes semanales, especialmente en el momento del año en que no tienen la fruta”.
Finalmente indicó que este conflicto con derivaciones comerciales traería consecuencias en el abastecimiento de fertilizantes: “Vimos una suba brutal de la urea el año pasado, que pasó de 400 a más de 1.000 dólares por tonelada. Hoy no hay precio ni disponibilidad. Y en el caso de los fertilizantes fosforados, se depende para su fabricación del fósforo que viene de Rusia”, indicó.