Falla una cosecha y la economía tiembla en la Argentina, donde la dependencia de la producción agropecuaria sigue siendo enorme teniendo en cuenta que no entran dólares de otras inversiones productivas ni financieras.
El agro genera el 70% de las exportaciones del país y es el gran aportante de la divisa norteamericana, la moneda dura en la que se miden tantos bienes. Los dos últimos años, 2021 y 2022, fueron bendecidos en esta materia, porque el alza de los precios internacionales de los granos provocó una inyección de por lo menos 20.000 millones de dólares adicionales por sobre la media histórica.
Pero llevamos tres años de un fenómeno Niña castigando a las producciones agropecuarias con escasas lluvias. La campaña 2022/23 ha sido claramente la más complicada ya que no quedan reservas de humedad en los suelos y la ausencia de precipitaciones fue mayor a la de los años anteriores.
Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) por la caída en la cosecha de trigo el país ya perdió unos 3.500 millones de dólares.
Pero según David Miazzo, economistas de la Fundación Agropecuaria para el Desarrolllo de Argentina (FADA), si se suman las potenciales pérdidas en el maíz y soja la caída en el ingreso de dólares “llegaría hasta los 15.000 millones de dólares en el escenario más pesimista, que parece cada vez más cerca porque no hay lluvias proyectadas hasta febrero”.
Para poner en contexto el país genera cerca de 80.000 millones por exportaciones anuales en un buen año, lo que significa una pérdida de casi el 20% respecto del total exportado.
“Esa cantidad de dinero son más de 3 puntos del PBI de 400.000 millones de dólares. Esto afectará la actividad económica. Hasta el mes pasado las principales consultoras proyectaban 0,7% de crecimiento para el año que viene, pero por la seca podemos terminar en una recesión”, advirtió Miazzo.
Veo pocos economistas ponderando el efecto de la sequia para el 2023
La BCR estimó una liquidación entre 10 y 15 mil millones de dólares menor a la de 2022
Si las reservas vienen aguantando gracias al dolar soja con el mayor ingreso de dólares de la historia, qué será del 2023? pic.twitter.com/s5K8ddozZK
— David Miazzo (@DavidMiazzo) December 1, 2022
El economista agropecuario agregó que “hay una gran escasez de dólares, por la enorme oferta de pesos que nadie quiere y por un cepo cambiario e importador que mantiene de manera artificial al tipo cambiario en niveles bajos”.
El analista evaluó que parte de la caída de los 15.000 millones de dólares que se espera para 2023 podría ser compensado por buenos precios de los granos, pero al mismo tiempo consideró poco probable que se repitan los valores de este año, que fueron sostenidos por el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania. “Necesitaríamos que nuestra seca tenga el mismo impacto, y eso es poco probable”, indicó.
Luego señaló que en 2022, con exportaciones récord, llegamos a fin de año con dos operativos “dólar soja”, pensados para captar más rápidamente las divisas que genera este cultivo. “De otra manera no llegábamos y por eso el año que viene se perfila complicado en el frente cambiario. El peso ya se devaluó, el punto es cuándo se reconoce esa realidad. Eso puede complicar los esfuerzos del gobierno en llegar a las elecciones sin reconocer esa situación”, agregó este analista.
El economista jefe de FADA dijo que además el ingreso de dólares se retrasará. “Los dólares del trigo serán mucho menos que en una cosecha normal, pero los de la cosecha gruesa ingresarán a mitad de año porque mucho se están sembrando de forma tardía, y resta ver si el productor vende porque muchos podrían apostar a una modificación en el esquema cambiario en el siguiente gobierno. Esto le va a agregar presión a la situación cambiaria”, especuló.