El Read Meat Advisory Council de Australia (RMAC), entidad que reúne a todos los eslabones de la cadena de la carne vacuna, abandonó el objetivo que se había planteado de lograr una neutralidad en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y le quitó culpas a la ganadería sobre su impacto en la contaminación ambiental.
El titular del RMAC, John Mackillop, reconoció al sitio australiano Beef Central que el objetivo planteado años atrás no es alcanzable pero, sobre todo, que los nuevos estudios dan cuenta de que no es la producción de carne la mayor responsable de este problema, sino otras actividades económicas.
El referente de la cadena cárnica australiana dijo que el enfoque no es el adecuado y que la industria cárnica de ese país seguirá enfocada en contribuir positivamente a la meta nacional de emisiones netas cero, manteniendo la rentabilidad, la productividad y la sostenibilidad del sector pecuario.
El director de Fax Carne, Rafael Tardáguila, dijo al respecto: “Uno de los principales argumentos detrás del cambio es la diferencia entre las emisiones biogénicas (como el metano del ganado) y las de origen fósil. Investigadores como Myles Allen (Universidad de Oxford) y Frank Mitloehner (Universidad de California Davis) han demostrado que las métricas globales utilizadas actualmente sobrestiman el impacto climático del metano proveniente de rodeos estables, sugiriendo que la “neutralidad climática” sería un objetivo más adecuado que la “neutralidad de carbono”.
Además, indicó que Adam Coffey, el vicepresidente de Cattle Australia, calificó el giro como “un reseteo significativo, que permite avanzar con una estrategia más realista y alineada con los verdaderos aportes de los productores, lo que abre la puerta a políticas más coherentes y discusiones más significativas sobre el rol del ganado en el cambio climático”.
Según comentó Coffey a Beef Central, “lo importante es que el ganado no sea el villano”, y agregó que “nuestras reducciones de emisiones son muy importantes, pero como productor australiano de ganado alimentado con pasto, se encuentra inherentemente en un punto de neutralidad climática, por lo que no contribuye a un mayor calentamiento”.
Luego señaló que “en comparación con un emisor fósil, cualquier intervención adicional que realicemos elimina más dióxido de carbono de la atmósfera que antes, no solo emite menos”.