El anteproyecto de Presupuesto 2018 enviado por María Eugenia Vidal a la Legsilatura provincial no dejó muy contentos a los productores agropecuarios de Buenos Aires, debido a que el impuesto Inmobiliario Rural tendría de aprobarse una suba promedio de 50% para 2018.
En función de la estudios sobre la carga tributaria final para el productor, Fernando Bertello explicó en Bichos de Campo, que “con este aumento, el fisco bonaerense espera recaudar unos $ 2.134 millones adicionales, lo que implica una participación del impuesto de un 5,3% del valor de la producción, un nivel récord de presión impositiva, al quedar por encima de las pautas inflacionarias”.
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Bertello aclaró que “un estudio de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (Fada) calcula que el tributo implica el nivel más alto desde 2004, considerando las producciones de trigo, maíz, soja y girasol en la provincia”.
La propuesta oficial deja exentos de la suba a los campos de hasta 50 hectáreas, y también la segunda cuota de los que sufrieron inundaciones, como este año. También se planea una exención para los emprendimientos que facturen hasta $ 3 millones. Al respecto, Bertello dijo que “a pesar de que habrá una baja en el impuesto de Ingresos Brutos para esas empresas, esto no compensará el incremento proyectado para el Inmobiliario Rural”.