El ingreso de agrodivisas en el pasado mes de enero fue de 1522 millones de dólares. Se trata de una cifra 64% superior a la registrada en el mismo mes del año pasado y 22% mayor que la de diciembre de 2023.
“El ingreso de divisas del mes de enero es el resultado del nuevo régimen de ‘dólar agro’ y de los movimientos macroeconómicos del nuevo gobierno, que impactan sobre las decisiones de venta de la oferta de granos. La exportación sigue trabajando con altos niveles de capacidad ociosa así como la industria aceitera”, indicó Ciara-CEC por medio de un comunicado.
En el primer mes del año la mayor parte del ingreso de agrodivisas se explica fundamentalmente por los embarques de trigo y cebada, los cuales se recuperaron luego del desastre productivo ocurrido en 2022/23.
Sin embargo, aún considerando valores nominales –es decir, sin tener en cuenta la inflación o la depreciación del dólar en el período–, el ingreso de divisas logrado en el primer mes del año es bastante menor al registrado en el mismo período de 2022 y 2021.
La razón de ese fenómeno es que en el período comprendido entre 2021 y 2023 ocurrió una fase alcista del valor internacional de los commodities agrícolas a causa de diferentes factores combinados, entre los cuales se incluyen el ingreso de capitales financieros al sector, compras masivas realizadas por China y el conflicto ruso-ucraniano.
La novedad es que desde el último tramo de 2023 a la fecha ese proceso se está desactivando para “desinflar” los valores de la mayor parte de los commodities agrícolas, los cuales incluso parecen no responder a los recortes de oferta provocados por problemas climáticos.
Basta con observar la evolución de los valores FOB promedio oficiales del trigo pan y la cebada forrajera argentina para advertir la magnitud de ese proceso.
El drama es que, más allá del impacto del desastre productivo ocurrido en 2022/23, el gráfico de la evolución histórica del ingreso de agrodivisas refleja la oportunidad perdida durante la gestión de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, dado que en la misma buena parte del incremento del flujo de divisas se empleó para gestionar la implementación de un tipo de cambio artificialmente bajo que provocó enormes distorsiones macroeconómicas y afectó la competitividad de los sectores exportadores.