Se fue demorando por la pandemia y las sucesivas restricciones, pero finalmente llegará: Desde la ciudad de Bahía Blanca el próximo 22 y 23 de abril se llevará a cabo la Primera Jornada Internacional de Cebada (Cebar 2021). Ya está todo servido: se ofrecerá en dos jornadas una nutrida agenda de los temas de interés para quienes producen este cultivo, que comenzó siendo siendo una rareza que se hacía por contrato, luego creció como alternativa a las sucesivas intervenciones en el mercado del trigo, y ahora -desde hace rato- se ganó un lugar propio importante en el universo agrícola argentino.
Por eso, si la soja, el maíz, el girasol y el trigo ya tienen sus respectivas jornadas de análisis técnico y comercial… ¿Por qué no lo iba a tener la cebada?
Es lo que le preguntamos a Carlos Sosa, productor en aquella región y presidente de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca. Escuchá la entrevista:
“Más que reparar una ausencia queremos mostrar que se trata de un cultivo importante para nosotros, que n estamos en la zona núcleo. La cebada es muy relevante para la región de Necochea y Bahía Blanca, ya que abarca el 60% del total nacional. Solo desde Bahía Blanca se exporta el 80% de la malta (subproducto de la cebada y base para la elaboración de la cerveza) que sale del país”, explicó Sosa.
Ese cultivo, ya sea en su variante cervecera como en la forrajera, viene de lograr una producción de 4,5 millones de toneladas e n la campaña 2020/21, según los datos del Ministerio de Agricultura. Creció nada menos que 18% de un año para el otro.
La coordinación de Cebar 2021 está a cargo de la Bolsa de Cereales, pero el evento tiene la coorganización del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de la Universidad Nacional del Sur (UNS), de la Cámara Arbitral de Cereales de Bahía Blanca, del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la provincia de Buenos Aires (CIAFBA), de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y el Instituto Nacional de Semillas (INASE). Es un abanico amplio el que está interesado en revisar la agenda de este cultivo.
Sosa contó que la cita se dividirá en dos partes, una por día. La primera jornada estará dedicada a analziar cuestiones técnicas del cultivo, como la performance varietal en Argentina (Federico Moreyra), la Cronocebada (Daniel Miralles), fertilización (Nahuel Reussi Calvo), el Manejo Sanitario (Marcelo Carmona), la Ramularia (Neil Havis), los Requerimientos de calidad (Antonio Aguinaga), la Innovación de procesos (Luis Ramírez) y hasta la Inteligencia Artificial (Fernando Martínez de Hoz).
El segundo día se ocupará en el final del camino, la cuestión comercial. Las Perspectivas del Mercado internacional y local serán abordadas por Mario Cattáneo; habrá un análisis del mercado chino a cargo de Agustín Baqué; y se rescatarán experiencia en la comercialización en el mercado europeo, por Brent Atthill.
Los compradores de la cebada argentina dirán qué esperan de los productores en el siguiente panel. Estarán representados el Grupo Quilmes (Diego Caponi); el Grupo Boortmalt (Daniel Mennella), el Grupo Soufflet (Ricardo Frigerio), el Grupo Viterra (Javier Maroun) y el Grupo Bunge (Cecilia Manzo).
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Según el presidente de la Bolsa de Bahía Blanca, la mesa está bien servida y por eso ya se han inscripto al evento, que es virtual y absolutamente gratuito, más de 300 participantes. Para hacerlo todavía hay tiempo aquí.
La fecha elegida ara hacer la CEBAR no es antojadiza. Se pretende analizar todo el panorama del cultivo justo antes de que los productores empiecen a tomar las decisiones de siembra de la nueva campaña agrícola, que en este caso sería la 2021/22. El Ministerio de Agricultura, la semana pasada, ya ha salido a decir que en materia de cosecha fina espera una recuperación de la siembra del trigo, hasta ocupar unas 7 millones de hectáreas.
Pero Sosa, desde la zona productora, nos aclaró que para él es muy prematuro hacer pronósticos. La próxima siembra de trigo, consideró, tendrá mucho que ver con las señales de estabilidad política y económica que envíe el gobierno a los productores. Y también con las señales que surjan del mercado de la cebada, que ya es un negocio más que maduro que tiene sus propios estímulos. Y su propia reunión anual.