En un hueco de las intensas charlas que mantiene con los importadores en Anuga, Bichos de Campo entrevistó el empresario Juan Manuel Beltrán, presidente del frigorífico cordobés Bustos y Beltrán.
“En la feria estamos con clientes con los que trabajamos habitualmente. Es un gusto verlos personalmente y que nos cuenten las inquietudes y la situación del mercado europeo, de su economía y demanda de carne”, arrancó contando Beltrán.
El empresario describió la actualidad de la demanda del viejo continente: “Estamos pasando un momento brillante en el consumo de carne vacuna de calidad y se está afirmando. Creo que es algo que viene para quedarse, y es una gran oportunidad para la Argentina, los frigoríficos y para el campo el poder capitalizar estos precios y así aumentar la inversión y las cabezas de ganado”.
En el mercado mundial se está dando un cambio de tendencia y Europa no es ajena a ello. Los consumidores piden carne con más marbling, es decir, con más grasa intramuscular.
“Ese es el gran desafío que tenemos: empezar a competir como producto realmente de alta calidad. No hay que creérsela. La carne argentina es muy buena pero hay que atender los gustos del consumidor y, en ese sentido, el marbling empieza a jugar un papel muy importante, donde la competencia con Estados Unidos es real y sus exportadores logran precios más altos que los nuestros”.
Según destacaron los operadores, por la tonelada de bife de chorizo producida en los feedlots norteamericanos llegan obtenerse precios mucho más altos que los de la cotizada cuota Hilton, que se completa con cortes de alta calidad y valores procedentes de animales engordados a pasto únicamente, lo que lleva también más tiempo.
Al respecto Beltrán dijo: “Estados Unidos exporta a precios casi un 50% más, sobre todo por cortes puntuales que tienen un engrasamiento intramuscular muy diferente. Es un producto que nosotros no tenemos porque la hacienda pasa casi un año en el engorde a corral y nosotros la tenemos 4 meses”.
Según contó, “Argentina puede capitalizar la venta de un producto con menos marbling pero que tiene un sabor inigualable y una textura diferente”.
Y luego agregó: “Nosotros creemos que tenemos la mejor carne del mundo pero también hay buena carne en el mundo, hay que tener un poco de humildad y debemos trabajar en lo que realmente está necesitando el cliente”.
Además del engrasamiento hay otras cuestiones que entran en juego. Al engordar animales mucho más pesados, la carne estadounidense tiene también un tamaño más grande.
“El producto que se vende a Europa está principalmente orientado a la gastronomía y por eso requiere de un tamaño de bife determinado porque si no queda chico en el plato. Lo ideal es que pese 480 kilos, que son los que cuesta conseguir. Por eso en el mercado ganadero argentino el precio de estos animales está aumentando y el kilo vivo vale lo mismo que el de un animal liviano”, sostuvo.
El industrial resaltó que es necesario un incremento del rodeo vacuno argentino y para ello se requiere no sólo de la reducción a cero de los derechos de exportación sino además de otros ajustes impositivos.
Entre ellos resaltó “que no te castiguen con revaluación por la tenencia de animales que no vendiste”, y por otra parte que “haya una financiación para los ganaderos a tasas más reales, más acomodadas de las que tenemos actualmente”.